Encontrados 44 resultados para: Miqueas

  • Miqueas contestó: «Lo sabrás el día en que vayas escondiéndote de habitación en habitación.» (1 Reyes 22, 25)

  • Entonces el rey de Israel ordenó: «Tomen preso a Miqueas y llévenselo a Amón, gobernador de la ciudad, y a Joás, hijo del rey, (1 Reyes 22, 26)

  • Miqueas respondió: «Si vuelves victorioso, será señal de que Yavé no ha hablado por mí.» (1 Reyes 22, 28)

  • El año tercero de su reinado envió a sus oficiales Ben-Jail, Abdías, Zacarías, Natanael y Miqueas para que enseñasen en las ciudades de Judá, (2 Crónicas 17, 7)

  • El rey de Israel le dijo: «Sí, hay un hombre por quien podríamos consultar a Yavé, pero yo le tengo odio, pues nunca me profetiza el bien, sino el mal. Es Miqueas, hijo de Jimlá.» Josafat lo reprendió: «No hables de esta manera.» (2 Crónicas 18, 7)

  • El rey de Israel llamó a un eunuco y le dijo: «Trae en seguida a Miqueas, hijo de Jimlá.» (2 Crónicas 18, 8)

  • El mensajero que había ido a llamar a Miqueas le dijo: «Mira que los profetas, todos a una voz, predicen feliz éxito al rey; procura tú decir lo mismo.» (2 Crónicas 18, 12)

  • Miqueas respondió: «Por la vida de Yavé anunciaré lo que mi Dios me diga.» Llegó donde el rey (2 Crónicas 18, 13)

  • y éste le dijo: «Miqueas, ¿debemos subir contra Ramot de Galaad para atacar, o no?» Miqueas le respondió: «Suban, pues tendrán éxito. Ellos serán entregados en manos de ustedes.» (2 Crónicas 18, 14)

  • Entonces Miqueas dijo: «He visto todo Israel disperso por los montes como ovejas sin pastor; Yavé ha dicho: Estos ya no tienen quien los guíe; que vuelvan en paz cada cual a su casa.» (2 Crónicas 18, 16)

  • Miqueas le dijo entonces: «Escuchen la palabra de Yavé. He visto a Yavé sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba a su derecha y a su izquierda. (2 Crónicas 18, 18)

  • Se acercó entonces Sedecías, hijo de Kenaná, y dio una bofetada a Miqueas en la mejilla diciendo: «¿Por qué camino se ha ido de mí el espíritu de Yavé para hablarte a ti?» (2 Crónicas 18, 23)


“Para que se preocupar com o caminho pelo qual Jesus quer que você chegue à pátria celeste – pelo deserto ou pelo campo – quando tanto por um como por outro se chegará da mesma forma à beatitude eterna?” São Padre Pio de Pietrelcina