Encontrados 537 resultados para: Mujer
Retuércete de dolor y grita, hija de Sión, como mujer que da a luz, porque ahora saldrás de la ciudad para vivir en despoblado. Llegarás hasta Babilonia, pero allí serás liberada, pues Yavé te libertará del poder de tus enemigos. (Miqueas 4, 10)
Se levantó la tapa de plomo y apareció una mujer sentada dentro del cajón. (Zacarías 5, 7)
Y luego se preguntan: «¿Por qué será?» Porque Yavé ha visto cómo tú traicionas a la esposa que tomaste cuando joven. Ella ha sido tu compañera y con esta mujer te habías comprometido. (Malaquías 2, 14)
¿No ha hecho Dios, de ambos, un solo ser que tiene carne y respira? Y este ser único, ¿qué busca sino una familia dada por Dios? No traiciones, pues, a la mujer de tu juventud. (Malaquías 2, 15)
Pero yo les digo: Quien mira a una mujer con malos deseos, ya cometió adulterio con ella en su corazón. (Evangelio según San Mateo 5, 28)
También se dijo: «El que se divorcie de su mujer, debe darle un certificado de divorcio.» (Evangelio según San Mateo 5, 31)
Pero yo les digo: Si un hombre se divorcia de su mujer, a no ser por motivo de infidelidad, es como mandarla a cometer adulterio: el hombre que se case con la mujer divorciada, cometerá adulterio. (Evangelio según San Mateo 5, 32)
Mientras iba de camino, una mujer que desde hacía doce años padecía hemorragias, se acercó por detrás y tocó el fleco de su manto. (Evangelio según San Mateo 9, 20)
Jesús se dio vuelta y, al verla, le dijo: «Animo, hija; tu fe te ha salvado.» Y desde aquel momento, la mujer quedó sana. (Evangelio según San Mateo 9, 22)
Yo se lo digo: de entre los hijos de mujer no se ha manifestado uno más grande que Juan Bautista, y sin embargo el más pequeño en el Reino de los Cielos es más que él. (Evangelio según San Mateo 11, 11)
Jesús les contó otra parábola: «Aquí tienen otra figura del Reino de los Cielos: la levadura que toma una mujer y la introduce en tres medidas de harina. Al final, toda la masa fermenta.» (Evangelio según San Mateo 13, 33)
Una mujer cananea, que llegaba de ese territorio, empezó a gritar: «¡Señor, hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija está atormentada por un demonio.» (Evangelio según San Mateo 15, 22)