Encontrados 1560 resultados para: Padre Nuestro

  • Entonces Jacob juró por el Dios Terrible de su padre Isaac. Jacob ofreció un sacrificio en el monte y convidó a comer a todos sus hermanos. Comieron y pasaron la noche en el monte. (Génesis 31, 54)

  • Luego oró así: «Yavé, Dios de mi padre Abrahán y Dios de mi padre Isaac, tú me dijiste: Vuelve a tu patria, a la tierra de tus padres que yo seré bueno contigo. (Génesis 32, 10)

  • Compró por cien monedas de plata a los hijos de Hamor, que era padre de Siquem, el pedazo de tierra en que había instalado sus tiendas. (Génesis 33, 19)

  • Entonces Siquem dijo a su padre Hamor: «Toma para mí a esa joven.» (Génesis 34, 4)

  • Hamor, padre de Siquem, vino a hablar con Jacob. (Génesis 34, 6)

  • Siquem dijo al padre y a los hermanos de Dina: «Les ruego que me perdonen. Yo les daré todo lo que ustedes me pidan. (Génesis 34, 11)

  • Los hijos de Jacob respondieron a Siquem y a su padre Hamor. Les hablaron con engaño, porque Siquem había deshonrado a Dina, su hermana, y les dijeron: (Génesis 34, 13)

  • Daremos nuestro consentimiento con una sola condición: que se hagan iguales a nosotros, y circuncidan a todos los varones que hay entre ustedes. (Génesis 34, 15)

  • El joven no tardó en hacer lo que se le pedía, porque estaba enamorado de la hija de Jacob; además, Siquem era el de más prestigio e influencia en la familia de su padre. (Génesis 34, 19)

  • Les dijeron: «Estos hombres son gente pacífica. Dejemos que se establezcan aquí y se muevan libremente por nuestra tierra. Nuestro país es extenso, y hay mucho lugar para ellos. Nosotros nos casaremos con sus hijas y les daremos las nuestras como esposas a ellos, (Génesis 34, 21)

  • Y dando el último suspiro, pues se estaba muriendo, lo llamó Ben-Oní (o sea, hijo de mi dolor), pero su padre le dio el nombre de Benjamín. (Génesis 35, 18)

  • Mientras Israel moraba en aquella tierra, ocurrió que Rubén se acostó con Bilá, concubina de su padre, e Israel llegó a saberlo. Jacob tuvo doce hijos: (Génesis 35, 22)


“Enquanto estivermos vivos sempre seremos tentados. A vida é uma contínua luta. Se às vezes há uma trégua é para respirarmos um pouco.” São Padre Pio de Pietrelcina