Encontrados 61 resultados para: Peste

  • Cuando Ajab vio a Elías, le dijo: «Ahí vienes, ¡peste de Israel!» (1 Reyes 18, 17)

  • Contestó Elías: «No soy yo la peste de Israel, sino tú y tu familia, que han abandonado los mandamientos de Yavé para servir a Baal. (1 Reyes 18, 18)

  • tres años de hambre o tres meses de derrotas ante tus enemigos que te perseguirán con su espada, o bien tres días durante los cuales la espada de Yavé, la peste, aqueje el país y el Angel de Yavé haga estragos en todo el territorio de Israel. Ahora, pues, contéstame, ya que tengo que responder al que me envía.» (1 Crónicas 21, 12)

  • Yavé, pues, envió la peste sobre Israel y murieron setenta mil hombres. (1 Crónicas 21, 14)

  • Cuando haya hambre en esta tierra, cuando haya peste, tizón, plaga en los árboles frutales, langostas, o pulgón, cuando su enemigo lo tenga bloqueado en una de sus ciudades, en todo azote y toda enfermedad; (2 Crónicas 6, 28)

  • Si yo cierro el cielo para que no llueva, si yo mando a la langosta devorar la tierra, o envío la peste contra mi pueblo; (2 Crónicas 7, 13)

  • Si viene sobre nosotros algún mal, espada, castigo, peste o hambre, nos presentaremos delante de esa Casa y delante de ti, porque tu Nombre reside en esta Casa. Clamaremos a ti en nuestra angustia, y tú oirás y nos salvarás. (2 Crónicas 20, 9)

  • Ahora bien, esto mismo pueden ustedes comprobarlo no sólo examinando los acontecimientos históricos que hemos mencionado, sino, principalmente, viendo cómo a su alrededor esa peste de gobernadores indignos cometen toda clase de abusos. (Ester 16, 7)

  • La peste arrasará con los sobrevivientes, y sus viudas no les llorarán. (Job 27, 15)

  • Le dio rienda suelta a su cólera, no preservó sus vidas de la muerte y entregó sus personas a la peste. (Salmos 78, 50)

  • ni la peste que avanza en las tinieblas, ni la plaga que azota a pleno sol. (Salmos 91, 6)

  • Algunos hombres renegados, la peste de Israel, se presentaron juntos para acusarlo, pero el rey no les hizo caso. (1 Macabeos 10, 61)


“Enquanto tiver medo de ser infiel a Deus, você não será’. Deve-se ter medo quando o medo acaba!” São Padre Pio de Pietrelcina