Encontrados 470 resultados para: Sacerdote

  • Si la mujer no puede ofrecer una res menor, ofrecerá dos tórtolas o dos pichones, uno como holocausto y otro como sacrificio por el pecado; el sacerdote hará expiación por ella y quedará pura.» (Levítico 12, 8)

  • «Cuando uno tenga en su piel tumor, erupción o mancha blanca y se forme en su piel como una llaga de lepra, será llevado al sacerdote Aarón o a uno de sus hijos, los sacerdotes. (Levítico 13, 2)

  • El sacerdote examinará la llaga; si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y la llaga parece hundida en la piel, es llaga de lepra; cuando el sacerdote lo haya comprobado, lo declarará impuro. (Levítico 13, 3)

  • Pero si hay en la piel una mancha blanca que no parezca hundida en la piel, y si el pelo no se ha vuelto blanco, el sacerdote recluirá durante siete días al afectado. (Levítico 13, 4)

  • Al séptimo día lo examinará y, si comprueba que la llaga subsiste pero no se ha extendido por la piel, el sacerdote lo recluirá otros siete días. (Levítico 13, 5)

  • Pasados estos días lo volverá a examinar; si ve que la llaga ha perdido su color y no se ha extendido en la piel, el sacerdote lo declarará puro; no se trata más que de una erupción. El afectado lavará sus vestidos y será puro. (Levítico 13, 6)

  • Pero si sigue la erupción y se extiende por la piel, el sacerdote lo examinará de nuevo. (Levítico 13, 7)

  • El sacerdote, al comprobar que la erupción se extiende por la piel, lo declarará impuro. Es un caso de lepra. (Levítico 13, 8)

  • En cuanto una persona tenga una llaga de lepra, la llevarán al sacerdote. (Levítico 13, 9)

  • se trata de lepra arraigada en su piel; el sacerdote lo declarará impuro sin esperar más, porque es impuro. (Levítico 13, 11)

  • Si la lepra se ha desarrollado sobre la piel hasta cubrirla de la cabeza hasta los pies, por cuanto el sacerdote alcance a verlo, (Levítico 13, 12)

  • Si el sacerdote ve una llaga la declarará impura. La llaga significa impureza y lepra. (Levítico 13, 15)


“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina