Encontrados 182 resultados para: Servidor

  • No hagas pues caso a todo lo que se cuenta: así no oirás a tu servidor hablar mal de ti. (Eclesiastés (Qohelet) 7, 21)

  • Entró en el alma de un servidor del Señor para hacer frente a reyes temibles, por medio de señales y prodigios. (Sabiduría 10, 16)

  • Una misma sentencia había castigado al servidor y a su patrón; el hombre del pueblo sufría lo mismo que el rey. (Sabiduría 18, 11)

  • Un hombre intachable tomó inmediatamente su defensa con las armas de su ministerio: la oración y el incienso de los sacrificios expiatorios. Así enfrentó a tu cólera, Señor, y puso fin a su prueba: vieron entonces que era tu servidor. (Sabiduría 18, 21)

  • Un servidor inteligente tendrá por servidores hombres libres, y las personas sensatas no tendrán nada que decir. (Sirácides (Eclesiástico) 10, 25)

  • El yugo y el cabestro hacen doblar el cogote; para el mal servidor, castigos y cadenas. (Sirácides (Eclesiástico) 33, 27)

  • de obtener ganancia en un negocio, de corregir a menudo a tus hijos, y de cascarle en el lomo a un mal servidor. (Sirácides (Eclesiástico) 42, 5)

  • «Te destituiré de tu puesto y te quitaré tu cargo; Aquel día llamaré a mi servidor, 20a Eliaquim, hijo de Helcías. Le pasaré tu traje, (Isaías 22, 19)

  • No entrará en esta ciudad, pues lo asegura Yavé: «Yo defenderé esta ciudad y la salvaré en atención a mí y a mi servidor David.» (Isaías 37, 35)

  • yo te traje de los confines de la tierra. Te llamé de una región lejana, diciéndote: «Tú eres mi servidor, yo me fijé en ti y te elegí.» (Isaías 41, 9)

  • ¿Quién está ciego sino mi servidor, y quién es más sordo que el mensajero que yo mando? ¿Quién es ciego como el que trato de levantar, y quién es sordo como el servidor de Yavé? (Isaías 42, 19)

  • Ustedes son mis testigos, dice Yavé, y son mi servidor, que he elegido; sepánlo, pues, y crean en mí, y comprendan que Yo Soy. Ningún Dios fue formado antes de mí, y ningún otro existirá después. (Isaías 43, 10)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina