Encontrados 382 resultados para: Tribu de Manasés

  • Historia de Tobit, hijo de Tobiel, hijo de Ananías, hijo de Aduel, hijo de Gabael, de la raza de Asiel, de la tribu de Neftalí, (Tobías 1, 1)

  • Siendo aún joven y estando en Israel, mi país, toda la tribu de mi padre Neftalí se separó de la familia de David y de Jerusalén, ciudad que fue elegida entre todas las tribus de Israel para que se ofrecieran los sacrificios, ya que allí se había edificado y consagrado el Templo en el que habita Dios. (Tobías 1, 4)

  • Tobías contó a su padre que había encontrado a un hermano israelita, y el padre le contestó: «Llámalo para saber a qué familia y tribu pertenece; y si es digno de confianza, para que te acompañe.» Tobías llamó al joven (Tobías 5, 9)

  • «¿A qué familia y tribu perteneces?», preguntó Tobit. (Tobías 5, 11)

  • El ángel respondió: «¿Qué te importa más: la persona que acompaña a tu hijo, o la tribu a la que pertenece?» Pero Tobit insistió en saber su nombre y la tribu a la que pertenecía. (Tobías 5, 12)

  • que en aquel tiempo eran Ozías, hijo de Miqueas, de la tribu de Simeón; Jabri, hijo de Gotoniel, y Jarmí, hijo de Melquiel. (Judit 6, 15)

  • Manasés, su esposo, de su misma tribu y familia, había muerto durante la cosecha de la cebada. (Judit 8, 2)

  • Hacía tres años y medio que Judit era viuda de Manasés. (Judit 8, 4)

  • Es verdad que no se encontraría en nuestros días tribu, familia, pueblo o ciudad de las nuestras que se postre ante dioses hechos por mano del hombre, como sucedió en otros tiempos, (Judit 8, 18)

  • Haz que toda nación y toda tribu reconozca que eres Dios, todopoderoso y fuerte, y que fuera de ti no hay otro protector para el pueblo de Israel.» (Judit 9, 14)

  • Se quitó el saco que vestía y, después de bañada, cambió sus vestidos de viuda por los de fiesta, que usaba cuando vivía su esposo Manasés; se echó perfumes, se peinó y se adornó la cabeza con una cinta; (Judit 10, 3)

  • Muchos le ofrecieron matrimonio, pero no aceptó a nadie desde que murió su esposo Manasés, y fue a reunirse con su pueblo. (Judit 16, 22)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina