Encontrados 154 resultados para: alguien
Conténtate con lo poco o mucho que tengas: eso vale más que oír las reprensiones de alguien que te da alojamiento. (Sirácides (Eclesiástico) 29, 23)
Egipto le tendrá miedo al país de Judá; cada vez que alguien se acuerde de los judíos se pondrá pálido de susto, porque recordará las amenazas de Yavé de los Ejércitos. (Isaías 19, 17)
Profecía sobre Edom: Alguien me grita desde Seír: «Centinela, ¿qué hora es de la noche? Centinela, ¿qué hora es de la noche? (Isaías 21, 11)
Si alguien te ataca, no será de parte mía; el que se lance contra ti, ante ti caerá. (Isaías 54, 15)
Debido a todo esto, así habla Yavé: Averigüen entre las naciones y vean si alguien oyó cosa semejante: una cosa horrible ha hecho la Virgen de Israel. (Jeremías 18, 13)
Por vida mía, dice el Rey, cuyo nombre es Yavé de los Ejércitos, alguien va a venir, que es como el Tabor entre los montes, o como el Carmelo que domina el mar. (Jeremías 46, 18)
Alguien sale como un león de la espesura del Jordán, y se dirige a un potrero siempre verde; así, en un abrir y cerrar de ojos los echaré de allí y colocaré a mi elegido. ¿Quién es, en efecto, como yo? ¿Quién podrá demandarme ante la justicia? ¿Dónde está el pastor capaz de hacerme frente? (Jeremías 50, 44)
Les dirás pues esta palabra de Yavé: Si alguien en Israel lleva consigo sus ídolos y se apega a lo que lo hace pecar, que vaya no más a ver al profeta, yo Yavé le daré una respuesta apropiada a sus sucios ídolos. (Ezequiel 14, 4)
"Hijo de hombre, dirás esto a los hijos de mi pueblo, les dirás: cuando hago que caiga la espada sobre un país, la gente de ese país eligen a alguien de entre ellos y lo ponen para que vigile. (Ezequiel 33, 2)
Si alguien oye el sonido del cuerno y no toma en cuenta el aviso, y llega la espada y lo corta, él es responsable de su muerte. (Ezequiel 33, 4)
Pero si el vigía ve que amenaza la espada y no toca el cuerno, si el pueblo no es avisado y llega a matar la espada a alguien del pueblo, ese será segado debido a su pecado, pero le pediré al centinela cuenta de su sangre. (Ezequiel 33, 6)
Oí entonces a alguien que me hablaba desde el interior del Templo, mientras el hombre seguía siempre a mi lado. (Ezequiel 43, 6)