Encontrados 16 resultados para: amargura

  • Llegaron a Mará, pero no pudieron beber de sus aguas porque eran amargas. Por esto se llamó aquel lugar Mará, esto es, Amargura. (Exodo 15, 23)

  • Así, puesta la mujer delante de Yavé, el sacerdote le descubrirá la cabeza y pondrá en sus manos la ofrenda para recordar la culpa, mientras que él mismo tendrá en sus manos el agua de amargura que trae la maldición. (Números 5, 18)

  • les dijo: «No me llamen por mi nombre, sino díganme Amarga, porque el Todopoderoso me ha llenado de amargura. Partí con todo, y el Señor me hace volver con las manos vacías. ¿Para qué, pues, me llaman Noemí, cuando Yavé me ha condenado a ser una desgraciada?» (Rut 1, 21)

  • Estaba llena de amargura y lloraba sin consuelo. Suplicó a Yavé (1 Samuel 1, 10)

  • Mi alma está hastiada de la vida, por lo que daré libre curso a mi queja, hablaré de mi amargura. (Job 10, 1)

  • Y hay quien muere con amargura en el alma, sin haber gustado nunca la felicidad. (Job 21, 25)

  • ¡Por la vida de Dios que me niega justicia, por el Omnipotente que me llenó de amargura, (Job 27, 2)

  • Proverbios de Salomón Un hijo sabio es la alegría de su padre; un hijo insensato es la amargura de su madre. (Proverbios 10, 1)

  • Un hijo insensato es la amargura de su padre, y la tristeza de la que lo dio a luz. (Proverbios 17, 25)

  • No dejes que la amargura se instale en ti, ni la enfermedad en tu cuerpo: ¡juventud y cabellos negros son traicioneros! (Eclesiastés (Qohelet) 11, 10)

  • Pues si alguien te maldice movido por su amargura, El que lo ha creado escuchará su súplica. (Sirácides (Eclesiástico) 4, 6)

  • Los caminos de Sión están de luto, pues nadie va a sus fiestas. Todas sus puertas están destruidas, gimen sus sacerdotes, sus doncellas están llenas de tristeza, ¡Jerusalén está llena de amargura! (Lamentaciones 1, 4)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina