Encontrados 2203 resultados para: ancianos de Israel

  • También había muchos leprosos en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio.» (Evangelio según San Lucas 4, 27)

  • Al oír estas palabras, Jesús quedó admirado, y volviéndose hacia la gente que lo seguía, dijo: «Les aseguro, que ni siquiera en Israel he hallado una fe tan grande.» (Evangelio según San Lucas 7, 9)

  • Ustedes comerán y beberán a mi mesa en mi Reino, y se sentarán en tronos para gobernar a las doce tribus de Israel. (Evangelio según San Lucas 22, 30)

  • Nosotros pensábamos que él sería el que debía libertar a Israel. Pero todo está hecho, y ya van dos días que sucedieron estas cosas. (Evangelio según San Lucas 24, 21)

  • Yo no lo conocía, pero mi bautismo con agua y mi venida misma eran para él, para que se diera a conocer a Israel.» (Evangelio según San Juan 1, 31)

  • Natanael exclamó: «Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.» (Evangelio según San Juan 1, 49)

  • Respondió Jesús: «Tú eres maestro en Israel, y ¿no sabes estas cosas? (Evangelio según San Juan 3, 10)

  • Entonces tomaron ramas de palmera y salieron a su encuentro gritando: «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Rey de Israel!» (Evangelio según San Juan 12, 13)

  • Los que estaban presentes le preguntaron: «Señor, ¿es ahora cuando vas a restablecer el Reino de Israel?» (Hecho de los Apóstoles 1, 6)

  • Escuchen lo que sucederá en los últimos días, dice Dios: derramaré mi Espíritu sobre cualesquiera que sean los mortales. Sus hijos e hijas profetizarán, los jóvenes tendrán visiones y los ancianos tendrán sueños proféticos. (Hecho de los Apóstoles 2, 17)

  • Sepa entonces con seguridad toda la gente de Israel, que Dios ha hecho Señor y Cristo a este Jesús a quien ustedes crucificaron.» (Hecho de los Apóstoles 2, 36)

  • Al día siguiente, los jefes de los saduceos se reunieron con los ancianos y los maestros de la Ley de Jerusalén. (Hecho de los Apóstoles 4, 5)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina