Encontrados 143 resultados para: batalla de los amorreos

  • Guebar, hijo de Urí, en la tierra de Galaad, el país de Sijón, rey de los amorreos, y de Og, rey de Basán. Un gobernador estaba a cargo de la provincia de Judá. (1 Reyes 4, 19)

  • A toda la gente que había quedado de los amorreos, de los heteos, de los fereceos, de los jeveos, de los jebuseos, que no eran israelitas, (1 Reyes 9, 20)

  • Pero el rey de Israel contestó:«¡Palabras! No se canta victoria antes de la batalla.» Este mensaje llegó a Ben-Hadad cuando estaba bebiendo con los príncipes en su tienda de campaña. (1 Reyes 20, 11)

  • Cuando pasaba el rey, exclamó: «Oh rey, yo, tu siervo, había llegado al centro de la batalla cuando uno abandonó las filas, me trajo un hombre y me dijo: Custodia a este hombre; si se te escapa, responderás con tu vida, o pagarás un talento de plata. (1 Reyes 20, 39)

  • Su proceder fue muy abominable, ya que seguía a los repugnantes ídolos, igual que los amorreos, a quienes Yavé quitó el país para dárselo a Israel. (1 Reyes 21, 26)

  • «Manasés, rey de Judá, ha multiplicado las acciones pésimas y ha actuado peor que los mismos amorreos; ha sido causa de que también la gente de Judá pecara con sus repugnantes imágenes. (2 Reyes 21, 11)

  • y Dios los ayudó contra ellos, de suerte que los agareos y todos los que con ellos estaban fueron derrotados, pues en la batalla clamaron a Dios y les fue propicio, por cuanto confiaban en él. (1 Crónicas 5, 20)

  • El peso de la batalla cargó sobre Saúl, los arqueros lo descubrieron y fue herido por ellos. (1 Crónicas 10, 3)

  • Esta es la lista de los héroes de David: Isbaal, hijo de Jakmoní, jefe de los tres que con su lanza mató a trescientos en una sola batalla. (1 Crónicas 11, 11)

  • Este estaba con David en Pas Dammim, donde los filisteos se habían concentrado para la batalla. Había allí una parcela toda de cebada, y el pueblo estaba huyendo de los filisteos. (1 Crónicas 11, 13)

  • De los danitas, preparados para la batalla, veintiocho mil seiscientos. (1 Crónicas 12, 36)

  • De Aser, aptos para salir a campaña y preparados para la batalla, cuarenta mil. (1 Crónicas 12, 37)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina