Encontrados 137 resultados para: ciento

  • El texto de la carta enviada por Mardoqueo a nombre del rey, decía: «El gran rey Asuero a los gobernantes de las ciento veintisiete provincias que se extienden desde la India a Etiopía y a todos sus leales súbditos, salud: (Ester 16, 1)

  • Job vivió todavía ciento cuarenta años después de sus pruebas, (Job 42, 16)

  • De su descendencia brotó aquel retoño impío, Antíoco Epífanes, hijo del rey Antíoco, que estuvo en Roma como rehén. Llegó a ser rey el año ciento treinta y siete de la era de los griegos. (1 Macabeos 1, 10)

  • El año ciento cuarenta y tres, Antíoco volvió después de haber derrotado a Egipto, y, pasando por Israel, subió a Jerusalén con un poderoso ejército. (1 Macabeos 1, 20)

  • En el año ciento cuarenta y cinco, el día quince del mes de Casleu, Antíoco levantó, sobre el altar del templo, el «abominable ídolo de los invasores». Construyeron también altares a través de todo el país de Judea. (1 Macabeos 1, 54)

  • Murió en el año ciento cuarenta y seis y lo enterraron en el sepulcro de sus padres, en Modín; todo Israel hizo por él grandes lamentos. (1 Macabeos 2, 70)

  • El rey, tomando la otra mitad del ejército, partió de Antioquía, capital del reino, el año ciento cuarenta y siete. Atravesó el río Eufrates y continuó su marcha a través de las provincias superiores. (1 Macabeos 3, 37)

  • El día veinticinco del mes noveno, llamado mes de Casleu, del año ciento cuarenta y ocho, se levantaron de madrugada (1 Macabeos 4, 52)

  • Antíoco murió allí el año ciento cuarenta y nueve. (1 Macabeos 6, 16)

  • Se reunieron las tropas; pusieron cerco el año ciento cincuenta y construyeron terraplenes y máquinas. (1 Macabeos 6, 20)

  • El año ciento cincuenta y uno, Demetrio, hijo de Seleuco, huyó de Roma. Embarcó con algunos hombres en dirección a un puerto del reino donde llegó y se proclamó rey. (1 Macabeos 7, 1)

  • «Señor, cuando los mensajeros del rey de Asiria te insultaron, vino tu ángel y mató a ciento ochenta mil de ellos. (1 Macabeos 7, 41)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina