Encontrados 86 resultados para: combate

  • Sonará la trompeta, harán los preparativos, pero nadie partirá al combate ( ). (Ezequiel 7, 14)

  • En su lugar se levantará otro que mandará un cobrador contra la gloria del reino, pero éste será derribado en pocos días, sin armas ni combate (Daniel 11, 20)

  • por eso yo prenderé fuego a los muros de Rabbá, incendiándose sus palacios; habrá entonces alaridos de combate y soplará el vendaval de la tormenta. (Amós 1, 14)

  • Desencadené sobre ustedes una peste parecida a la de Egipto; masacré por la espada a sus jóvenes y se llevaron a todos sus caballos; hice que subiera hasta sus narices la hediondez de sus muertos en combate. Y ustedes, sin embargo, no volvieron a mí -palabra de Yavé. (Amós 4, 10)

  • Los hombres de Juda participarán en el combate de Jerusalén, y luego recogerán los despojos de todas las naciones vecinas: oro, plata, trajes en grandes cantidades. (Zacarías 14, 14)

  • Y si el toque de la trompeta no se parece a nada, ¿quién correrá a su puesto de combate? (1º Carta a los Corintios 14, 8)

  • somos perseguidos, pero no eliminados; derribados, pero no fuera de combate. (2º Carta a los Corintios 4, 9)

  • Humana es mi condición, pero no lo es mi combate. (2º Carta a los Corintios 10, 3)

  • Quiero que sepan cuán duro es el combate que debo soportar por ustedes, por los de Laodicea y por tantos otros que jamás me han visto. (Carta a los Colosenses 2, 1)

  • Al darte estas recomendaciones, Timoteo, hijo mío, pienso en las profecías que fueron pronunciadas sobre ti; que ellas te guíen en el buen combate que debes realizar. (1º Carta a Timoteo 1, 18)

  • Pelea el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y por la que hiciste tu hermosa declaración de fe en presencia de numerosos testigos. (1º Carta a Timoteo 6, 12)

  • He combatido el buen combate, he terminado mi carrera, he guardado lo que depositaron en mis manos. (2º Carta a Timoteo 4, 7)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina