Encontrados 26 resultados para: confusión
confusión en la gente buena, olvido de los favores, escándalos, prácticas antinaturales, desórdenes en el matrimonio, adulterio, libertinaje. (Sabiduría 14, 26)
El que abiertamente hace el mal se prepara la vergüenza y la confusión; lo mismo ocurrirá con el pecador hipócrita. (Sirácides (Eclesiástico) 6, 1)
Pero todos se sentirán defraudados de un pueblo incapaz de socorrerlos; en vez de ayud o socorro sólo hallarán en ellos decepción y confusión. (Isaías 30, 5)
Sí, así habla Yavé, Creador de los cielos, - pues él es Dios, que ha formado y hecho la tierra, - pues él le puso cimientos: No dejé la confusión, sino que la hice habitable, - pues yo soy Yavé y no hay otro; (Isaías 45, 18)
asimismo no he hablado en secreto, - en algún rincón oscuro; y no he dicho a la raza de Jacob: "Búsquenme, pero todo será confusión", - pues yo, Yavé, digo lo que es justo y hablo sin rodeos. (Isaías 45, 19)
¡Acostémonos en nuestra vergüenza y que nos cubra nuestra propia confusión! Porque nuestros padres, y nosotros desde nuestra juventud, hemos pecado contra Yavé, nuestro Dios, y no hemos escuchado su voz.» (Jeremías 3, 25)
Miré a la tierra, pero estaba vacía y llena de confusión. Miré a los cielos, y eran sólo tinieblas. (Jeremías 4, 23)
Contra Moab. Así habla Yavé de los Ejércitos, el Dios de Israel: Pobre de Nebo, que ha sido saqueada, Quiriatayim ha sido tomada, la confusión y el miedo reinan en la ciudadela: (Jeremías 48, 1)
reinará la confusión en tus ciudades y serán demolidas tus fortalezas, como pasó cuando Salmán atacó y destruyó a Betabel, y todo fue aplastado, la madre con sus hijos. (Oseas 10, 14)
Los videntes se llenarán de vergüenza, y los adivinos, de confusión; unos y otros se taparán la cara porque Dios no les responde. (Miqueas 3, 7)
Ese día, dice Yavé, sembraré la confusión entre los caballos y volveré locos a sus jinetes. Dejaré ciegos a todos los pueblos y cuidaré de la casa de Juda. (Zacarías 12, 4)
Mientras tanto la asamblea estaba sumida en una gran confusión. Unos gritaban una cosa, otros otra, y la mayor parte no sabían ni por qué estaban allí. (Hecho de los Apóstoles 19, 32)