Encontrados 80 resultados para: dejado

  • ¿Han visto a mi amado? Apenas los había dejado cuando encontré al amado de mi alma. Lo abracé y no lo soltaré más hasta que no lo haya hecho entrar en la casa de mi madre, en la pieza de la que me dio a luz. El: (Cantar 3, 4)

  • ¡Habían llegado muy lejos por los caminos del error, tomando como dioses a los animales más feos y más despreciables! Se habían dejado engañar como niños sin juicio. (Sabiduría 12, 24)

  • Nosotros no nos hemos dejado engañar por una invención mentirosa de los hombres, por esas obras inútiles de los artistas, esos ídolos embadurnados de colores. (Sabiduría 15, 4)

  • Un caballo chúcaro no se puede montar, un hijo dejado a sus caprichos se vuelve insolente. (Sirácides (Eclesiástico) 30, 8)

  • Enoc agradó al Señor y fue trasladado: él ha dejado su testimonio para los hombres de todos los tiempos. (Sirácides (Eclesiástico) 44, 16)

  • ¡Menos mal que Yavé de los Ejércitos no ha dejado un resto! Pues por poco nos parecemos a Sodoma y somos igual que Gomorra. (Isaías 1, 9)

  • Las estrellas del cielo y sus constelaciones han dejado de alumbrar, el sol ha salido negro y la luna no envia más su luz. (Isaías 13, 10)

  • Nadie ya invoca tu Nombre ni se despierta para buscarte, sino que tú nos has dado vuelta la cara y nos has dejado a merced de nuestras culpas. (Isaías 64, 6)

  • Me he dejado hallar por los que no preguntaban por mí y me he dejado encontrar por los que no me buscaban. Dije: «Aquí me tienen» a una nación que no invocaba mi nombre. (Isaías 65, 1)

  • Voy a hacer justicia con este pueblo que me ha dejado para hacer el mal; ha quemado incienso a dioses extranjeros, y se ha puesto a servir a dioses que ellos mismos se fabricaron. (Jeremías 1, 16)

  • Muchos pastores han saqueado mi viña, han pisoteado mi propiedad y han convertido mi campo, que tanto quería, en un potrero sin pasto. Lo han dejado hecho una lástima, sin nada de vegetación. (Jeremías 12, 10)

  • Tú me has dejado, dice Yavé, tú me has vuelto la espalda. Por eso, ahora extiendo mi mano para destruirte, pues ya me cansé de perdonarte. (Jeremías 15, 6)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina