Encontrados 36 resultados para: dejan

  • Los buenos dejan a sus hijos y nietos su herencia; la fortuna de los pecadores está reservada al justo. (Proverbios 13, 22)

  • Los azotes y las correcciones llevan a la sabiduría, el niño que lo dejan hacer todo será la vergüenza de su madre. (Proverbios 29, 15)

  • Por eso el castigo alcanzará también a los ídolos de las naciones, porque son cosas abominables en el seno de la creación: hacen caer las almas de los hombres y los insensatos se dejan seducir. (Sabiduría 14, 11)

  • ¡Ay de los flojos que dejan caer sus brazos, ay del pecador que se niega a elegir! (Sirácides (Eclesiástico) 2, 12)

  • El sabio se hace querer nada más que por sus palabras, mientras que los favores del tonto sólo le dejan pérdidas. (Sirácides (Eclesiástico) 20, 13)

  • El oro bota al suelo a los que lo hacen su dios; los que no piensan en eso se dejan conquistar por él. (Sirácides (Eclesiástico) 31, 7)

  • Dejan sin protección a los pobres de mi país; roban a los pequeños de sus derechos, dejan sin nada a la viuda y despojan al huérfano! (Isaías 10, 2)

  • Con sus pies corren al mal y se apresuran en derramar la sangre inocente. Sus proyectos son proyectos asesinos, por donde pasan, sólo dejan ruina y calamidades. (Isaías 59, 7)

  • Al ruido de la caballería y de los arqueros todo el mundo ha huido, escondiéndose en los bosques o trepando por las rocas. Los habitantes dejan sus ciudades, sin que nadie quede en ellas. (Jeremías 4, 29)

  • Mas ellos hacen lo que me desagrada y dejan de escuchar mi voz. Entonces yo también me arrepiento y ya no quiero hacerles el bien que prometía. (Jeremías 18, 10)

  • No dejan a sus descendientes sino mentira y oprobio. (Baruc 6, 47)

  • Por un puñado de cebada o un mendrugo de pan me desacreditan frente a mi pueblo, hacen que mueran los que no deben morir y dejan con vida a los que no deben vivir, engañan a mi pueblo y mi pueblo hace caso a la mentira. (Ezequiel 13, 19)


“Não desperdice suas energias em coisas que geram preocupação, perturbação e ansiedade. Uma coisa somente é necessária: elevar o espírito e amar a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina