Encontrados 396 resultados para: diez mandamientos

  • En todo se dieron diez ciudades y sus alrededores a los demás hijos de Quehat. (Josué 21, 26)

  • Les encargo solamente que recuerden y practiquen el mandamiento de la Ley que les entregó Moisés y que es amar a Yavé, nuestro Dios, siguiendo sus caminos y observando sus mandamientos. Permanezcan fieles, sirviéndolo con todo el corazón y con toda el alma.» (Josué 22, 5)

  • junto con diez de los principales jefes, uno por cada tribu. (Josué 22, 14)

  • Después de todos estos hechos, murió Josué, hijo de Nun, servidor de Yavé, a la edad de ciento diez años. (Josué 24, 29)

  • Cuando los hombres de Judá atacaron a los cananeos y a los fereceos, Yavé se los entregó; en Bezec derrotaron a diez mil hombres. (Jueces 1, 4)

  • Josué, hijo de Nun, siervo de Yavé, murió a la edad de ciento diez años. (Jueces 2, 8)

  • Pero ni aun a esos «jueces» obedecían, sino que se prostituían a otros dioses y los adoraban. Pronto se desviaron del camino de sus padres, que obedecieron los mandamientos de Yavé: ellos no hicieron así. (Jueces 2, 17)

  • Sirvieron, pues, para probar con ellos a Israel, a ver si guardaban los mandamientos que Yavé había prescrito a sus padres por medio de Moisés. (Jueces 3, 4)

  • En aquella ocasión derrotaron a Moab: eran unos diez mil hombres, todos fuertes y valientes, y no se salvó ninguno. (Jueces 3, 29)

  • Y mandó llamar a Barac, hijo de Abinoam, que era del pueblo de Cadés de Neftalí, y le dijo: «Esta es una orden de Yavé: Ve a preparar una concentración en el cerro Tabor; tomarás contigo a diez mil hombres de las tribus de Neftalí y de Zabulón, (Jueces 4, 6)

  • Este convocó a los de Zabulón y Neftalí, y diez mil hombres lo siguieron; también Débora subió con él. (Jueces 4, 10)

  • Barac, pues, bajó del cerro Tabor con sus diez mil hombres y Yavé le concedió que derrotara a Sísara con sus carros y todo su ejército. (Jueces 4, 15)


“Mesmo quando perdemos a consciência deste mundo, quando parecemos já mortos, Deus nos dá ainda uma chance de entender o que é realmente o pecado, antes de nos julgar. E se entendemos corretamente, como podemos não nos arrepender?” São Padre Pio de Pietrelcina