Encontrados 363 resultados para: dioses extranjeros

  • No te arrodillarás ante otro dios, pues Yavé lleva por nombre Celoso: él es un Dios celoso. No sea que te comprometerás con la gente de aquellos países, que se prostituyen tras sus dioses y les ofrecen sacrificios. (Exodo 34, 14)

  • y luego casarás a tus hijos con las hijas de ellos y, puesto que se prostituyen ellas por sus dioses, arrastrarán a tus hijos a prostituirse también a sus dioses. (Exodo 34, 16)

  • No te harás dioses de metal fundido. (Exodo 34, 17)

  • Si un hombre de Israel, o alguno de los extranjeros que viven en medio de ustedes, caza un animal o ave que está permitido comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra. (Levítico 17, 13)

  • No se vuelvan hacia los ídolos ni se hagan dioses de metal fundido. ¡Yo soy Yavé, Dios de ustedes! (Levítico 19, 4)

  • «Di a los hijos de Israel: Si un israelita o uno de los extranjeros que habitan en Israel sacrifica a alguno de sus hijos según el rito de Moloc morirá: la gente del pueblo lo apedreará. (Levítico 20, 2)

  • ni tampoco recibirán de mano de extranjeros alguna de estas víctimas para ofrecerla como alimento del Dios de ustedes, porque dicha mutilación es un defecto, y con esto no será aceptada.» (Levítico 22, 25)

  • También podrán comprarlos entre los extranjeros que viven con ustedes y de sus familias que están entre ustedes, es decir, de los que hayan nacido entre ustedes. Esos pueden ser propiedad de ustedes, (Levítico 25, 45)

  • Ellas invitaron al pueblo a sacrificar a sus dioses: el pueblo comió y se postró ante los dioses de ellas.. (Números 25, 2)

  • Pues Yavé había dado muerte a sus primogénitos, haciendo justicia de sus dioses. (Números 33, 4)

  • Entonces di a los jueces las siguientes instrucciones: 'Ustedes atenderán las quejas de sus hermanos, y decidirán, sea que el pleito oponga un israelita a su hermano, o bien un israelita a uno de los extranjeros que viven en medio de nosotros. (Deuteronomio 1, 16)

  • En verdad, ¿qué nación hay tan grande, cuyos dioses se acerquen a ella como lo hace para nosotros, siempre que lo invocamos, Yavé, nuestro Dios? (Deuteronomio 4, 7)


“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina