Encontrados 529 resultados para: espíritu humano

  • Oré y me fue dada la inteligencia; supliqué, y el espíritu de sabiduría vino a mí. (Sabiduría 7, 7)

  • En ella se encuentra un espíritu inteligente, santo, único, múltiple, ágil, móvil, penetrante, puro, límpido, no puede corromperse, orientado al bien y eficaz. (Sabiduría 7, 22)

  • Es un espíritu irresistible, bienhechor, amigo de los hombres, firme, seguro, apacible, que lo puede todo y que vela por todo, impregna a todos los otros espíritus por inteligentes, puros y sutiles que sean. (Sabiduría 7, 23)

  • porque un cuerpo perecible pesa enormemente sobre el alma, y nuestra cáscara de arcilla paraliza al espíritu que está siempre en vela. (Sabiduría 9, 15)

  • ¿Y quién podrá conocer tus intenciones, si tu no les has dado primero la Sabiduría, o no le has enviado de lo alto tu Espíritu Santo? (Sabiduría 9, 17)

  • y tu Espíritu imperecedero está en todo! (Sabiduría 12, 1)

  • Si se debilita su espíritu, aguántalo; no lo desprecies porque tú te sientes en la plenitud de tus fuerzas. (Sirácides (Eclesiástico) 3, 13)

  • Si tú quieres, hijo mío, llegarás a ser instruido; si te aplicas, se abrirá tu espíritu. (Sirácides (Eclesiástico) 6, 32)

  • Más vale tener un espíritu limitado y temer al Señor que ser hábil en faltar a la Ley. (Sirácides (Eclesiástico) 19, 24)

  • Llora por un muerto: perdió la luz; llora por un tonto: perdió el espíritu. Laméntate menos por un muerto, porque encontró el descanso, pero la vida de un tonto es peor que la muerte. (Sirácides (Eclesiástico) 22, 11)

  • Si el Señor sublime lo ha decidido así, lo llenará del espíritu de inteligencia. Entonces entregará, como una lluvia, palabras de sabiduría, y dará gracias al Señor en su oración. (Sirácides (Eclesiástico) 39, 6)

  • Cuando Elías fue llevado en un torbellino, Eliseo quedó lleno de su espíritu. Ningún príncipe pudo intimidarlo todo el tiempo que vivió, ni nadie pudo dominarlo. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 12)


“O santo silêncio nos permite ouvir mais claramente a voz de Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina