Encontrados 301 resultados para: falsos dioses

  • Hará pedazos los obeliscos del templo del Sol, que se encuentra en On, e incendiará los templos de los dioses egipcios.» (Jeremías 43, 13)

  • Esto les pasó por culpa de los crímenes que cometieron para molestarme, yendo a incensar y adorar a dioses extranjeros, que no conocían ni ellos, ni ustedes ni sus padres. (Jeremías 44, 3)

  • Pero no han querido escuchar ni hacer caso para abandonar su maldad o dejar de incensar a dioses extranjeros. (Jeremías 44, 5)

  • al provocarme con las cosas que hacen sus manos o quemando incienso a dioses extranjeros en este suelo de Egipto a donde se han venido a instalar. Así cooperan ustedes mismos a su propia ruina y hacen que todo el mundo los maldiga y se ría de ustedes. (Jeremías 44, 8)

  • Entonces todos aquellos hombres que sabían que sus mujeres quemaban incienso a dioses extranjeros, todas las mujeres que estaban presentes y todo el pueblo establecido en Egipto, en Patrós -en total una gran muchedumbre-, respondieron a Jeremías: (Jeremías 44, 15)

  • y todos nos fuimos, según las inclinaciones de nuestro perverso corazón, a servir a otros dioses y a hacer lo que desagrada al Señor. (Baruc 1, 22)

  • Ahora bien, ustedes verán en Babilonia dioses de oro, de plata, de piedra y de madera, llevados a hombros, que causan un temor respetuoso a las gentes. (Baruc 6, 3)

  • A la verdad, los dioses de ellos tienen puestas en la cabeza coronas de oro; oro que, después, juntamente con la plata, les arrebatan los sacerdotes a fin de gastarlo para sí mismos (Baruc 6, 9)

  • y aún lo hacen servir para engalanar a los prostitutas de su casa. Visten a estos dioses como a hombres, aunque son de oro, plata y madera, (Baruc 6, 10)

  • pero estos dioses no saben librarse del orín ni de la polilla. (Baruc 6, 11)

  • Tiene igualmente en la mano la espada y el hacha; pero no se puede librar a sí mismo de la guerra ni de los ladrones; por todo lo cual pueden ver que no son dioses. (Baruc 6, 14)

  • Por eso no tienen que temerlos; porque los tales dioses son como una vasija hecha pedazos, que para nada sirve. (Baruc 6, 15)


“Que Jesus o aperte sempre mais ao Seu divino coração. Que Ele o alivie no sofrimento e lhe dê o abraço final no Paraíso.” São Padre Pio de Pietrelcina