Encontrados 473 resultados para: gran aflicción

  • «Oigan el mensaje del gran rey de Asur. Así habla el rey: No se dejen engañar por Ezequías, porque no los podrá salvar, (2 Reyes 18, 29)

  • Lo demás referente a Ezequías, toda su valentía, cómo construyó el gran estanque, y cómo trajo las aguas a la ciudad, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá. (2 Reyes 20, 20)

  • junto con las dos columnas, la gran pileta y las basas que había hecho Salomón para la Casa de Yavé. Todos aquellos objetos hacían una cantidad enorme de bronce. (2 Reyes 25, 16)

  • Jabés invocó al Dios de Israel, exclamando: «Si de verdad me bendices, se ensancharán mis términos, tu mano estará conmigo y alejarás el mal para que no padezca aflicción.» Y le concedió Dios lo que pedía. (1 Crónicas 4, 10)

  • El, Eleazar, se mantuvo firme en medio de la parcela, la defendió y derrotó a los filisteos. Yavé obró allí una gran victoria. (1 Crónicas 11, 14)

  • Esto hizo Banaías, hijo de Yoyada, y se conquistó gran fama entre los treinta héroes. (1 Crónicas 11, 24)

  • Así, pues, David, los ancianos de Israel y los jefes militares fueron a traer el Arca de la Alianza de Yavé, desde la casa de Obededom a Jerusalén con gran fiesta y alegría. (1 Crónicas 15, 25)

  • David tomó una gran cantidad de bronce, con el cual Salomón hizo el Mar de Bronce, las columnas y los utensilios de bronce. (1 Crónicas 18, 8)

  • David tomó la corona del dios Milcom de encima de su cabeza. Comprobaron que pesaba un talento de oro, con una piedra preciosa que fue puesta en la cabeza de David. Se llevó además un gran botín de la ciudad. (1 Crónicas 20, 2)

  • Hubo guerra de nuevo en Gat, y había un hombre de gran estatura que tenía veinticuatro dedos, seis en cada mano y pie. (1 Crónicas 20, 6)

  • David, entonces, dijo a Yavé: «He cometido un gran pecado haciendo esto. Pero ahora perdona, te ruego, la falta de tu siervo, pues he sido muy estúpido.» (1 Crónicas 21, 8)

  • David respondió a Gad: «Estoy en gran angustia. Pero caiga yo en manos de Yavé, porque es grande su misericordia, y no caiga en manos de los hombres.» (1 Crónicas 21, 13)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina