Encontrados 244 resultados para: historia bíblica de josué 12

  • Después de todos estos hechos, murió Josué, hijo de Nun, servidor de Yavé, a la edad de ciento diez años. (Josué 24, 29)

  • Israel sirvió a Yavé durante toda la vida de Josué y de los ancianos que vivieron más tiempo que Josué, los cuales habían presenciado todas las maravillas que Yavé hizo en favor de Israel. (Josué 24, 31)

  • Después de la muerte de Josué, los israelitas hicieron a Yavé esta consulta: «¿Quién de nosotros subirá primero donde los cananeos para combatirlos?» Yavé les respondió: (Jueces 1, 1)

  • Josué despidió al pueblo y los israelitas se fueron cada uno a su heredad para ocupar el país. (Jueces 2, 6)

  • El pueblo sirvió a Yavé en vida de Josué y de los jefes que le sobrevivieron y que habían sido testigos de todas las grandes hazañas de Yavé en favor de Israel. (Jueces 2, 7)

  • Josué, hijo de Nun, siervo de Yavé, murió a la edad de ciento diez años. (Jueces 2, 8)

  • Pues bien, yo tampoco echaré de delante de ellos a ninguno de los pueblos que quedaron al morir Josué, (Jueces 2, 21)

  • Así, pues, Yavé dejó subsistir esas naciones y no les quitó tan pronto el territorio; por eso no los había entregado en manos de Josué. (Jueces 2, 23)

  • Al llegar la carreta al campo de Josué, de Bet-Semes, se detuvo; había allí una gran piedra. Astillaron la madera de la carreta y sacrificaron encima las vacas, como víctimas quemadas en honor a Yavé. (1 Samuel 6, 14)

  • y además había tantos ratones de oro como ciudades filisteas bajo la autoridad de los cinco jefes, desde las ciudades fortificadas hasta las aldeas que no tienen muros. Prueba de esto, hasta el día de hoy, es la gran piedra en la que se colocó el Arca de Yavé, que está en el campo de Josué de Bet-Semes. (1 Samuel 6, 18)

  • Cuando el rey David supo toda esta historia, se enojó en extremo, pero no quiso castigar a su hijo Amnón, pues era su preferido por ser el mayor. (2 Samuel 13, 21)

  • En su tiempo, Jiel de Betel reedificó la ciudad de Jericó. Cuando puso los cimientos, ofreció en sacrificio a Abiram, su primer nacido, y cuando colocó las puertas de la ciudad, sacrificó a Segub, su hijo menor. Así se cumplió una palabra que Josué, hijo de Nun, había dicho de parte de Yavé. (1 Reyes 16, 34)


“É sempre necessário ir para a frente, nunca para trás, na vida espiritual. O barco que pára em vez de ir adiante é empurrado para trás pelo vento.” São Padre Pio de Pietrelcina