Encontrados 110 resultados para: interés propio

  • pues siempre cumple su propio decreto; y tiene proyectadas muchas cosas parecidas. (Job 23, 14)

  • y si bien al jurar se perjudicó, no se retracta de lo que ha dicho; el que no presta dinero a interés ni acepta sobornos para perjudicar al inocente. Quien obra así jamás vacilará. (Salmos 15, 5)

  • Y, ante el rey, acusaron a su propio pueblo, diciendo: «Judas y sus hermanos han exterminado a todos tus amigos y nos han expulsado de nuestro país. (1 Macabeos 7, 6)

  • Salvados por Dios de grandes peligros, le damos gracias porque nos vino en ayuda contra el propio rey. (2 Macabeos 1, 11)

  • que los sacerdotes ya no demostraban interés por el servicio del altar. Despreciaban el Santuario y descuidaban los sacrificios, y, en cuanto empezaba el lanzamiento del disco, (2 Macabeos 4, 14)

  • El propio rey y su corte se conmovieron por el valor de ese joven que despreciaba sus sufrimientos. (2 Macabeos 7, 12)

  • Después de éste trajeron al sexto, quien dijo a punto de morir: «No te equivoques. En verdad, es por causa de nosotros mismos que sufrimos todo esto, porque pecamos contra nuestro propio Dios; por eso nos han pasado cosas asombrosas. (2 Macabeos 7, 18)

  • Ellos respondieron: «El propio Señor vivo, soberano del cielo, es el que ha mandado celebrar el día séptimo.» (2 Macabeos 15, 4)

  • El hombre se alejó de ella, arrastrado por su propio furor, se hizo malo hasta matar a su hermano y se perdió junto con su arrebato. (Sabiduría 10, 3)

  • No te dejes llevar por la corriente, no estés en dos caminos a la vez; esto es propio del pecador que usa un doble lenguaje. (Sirácides (Eclesiástico) 5, 9)

  • No pienses hablarle de igual a igual, no te fíes de todas sus palabras; todas esas palabras son una manera de ponerte a prueba, quiere sopesarte mostrando interés por ti. (Sirácides (Eclesiástico) 13, 11)

  • Todo consejero hace valer su consejo, pero más de alguno aconseja sólo por interés. (Sirácides (Eclesiástico) 37, 7)


“Amemos ao próximo. Custa tão pouco querer bem ao outro.” São Padre Pio de Pietrelcina