Encontrados 259 resultados para: libro de Tobías

  • Había comprendido que Semeías no había sido enviado por Dios, sino que Tobías lo había comprado para que me asustara. (Nehemías 6, 12)

  • Acuérdate, Dios mío, de Tobías, por lo que ha hecho; y también de la profetisa Nadías, y de los demás profetas que trataron de asustarme. (Nehemías 6, 14)

  • En este mismo tiempo varios judíos destacados escribían y recibían cartas seguidas de Tobías. (Nehemías 6, 17)

  • Pues Tobías tenía muchos amigos en Judá porque era yerno de Secanías, hijo de Araj, y por estar casado su hijo Jojanán con la hija de Mesulam, hijo de Berequías. (Nehemías 6, 18)

  • Incluso llegaron a hablar bien de Tobías en mi presencia, al mismo tiempo que le contaban todas mis palabras. Y era éste, Tobías, quien me mandaba cartas para asustarme. (Nehemías 6, 19)

  • los hijos de Belaías, los de Tobías y los de Necodá, 642. (Nehemías 7, 62)

  • En el séptimo mes todo el pueblo se reunió como un solo hombre en la plaza que se encuentra frente a la Puerta del Agua, y pidieron a Esdras que trajera el libro de la Ley de Moisés, que Yavé había dado a Israel. (Nehemías 8, 1)

  • Esdras leyó en el libro, ante todos ellos, desde la mañana hasta el mediodía, en la plaza que está enfrente de la Puerta del Agua; y todos los oídos estaban pendientes del libro de la Ley. (Nehemías 8, 3)

  • Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo, pues estaba en un lugar más alto que ellos, y, cuando lo abrió, el pueblo entero se puso de pie. (Nehemías 8, 5)

  • Leyeron en el libro de la Ley de Dios, aclarando e interpretando el sentido, para que todos comprendieran lo que les estaban leyendo. (Nehemías 8, 8)

  • Leyeron el libro de la Ley de Dios diariamente, desde el primer día hasta el último de la fiesta; la fiesta duró siete días y se concluyó el día octavo con una asamblea. (Nehemías 8, 18)

  • Se pusieron de pie permaneciendo en su lugar, y se leyó en el libro de la Ley de Yavé, su Dios, por espacio de tres horas; durante otras tres horas confesaron sus pecados y quedaron postrados ante Yavé, su Dios. (Nehemías 9, 3)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina