Encontrados 259 resultados para: libro de Tobías

  • Tuve otra visión: un libro iba volando. (Zacarías 5, 1)

  • Cuando el ángel me preguntó qué veía yo, le respondí: «Veo un libro que va volando; mide como diez metros de largo por cinco de ancho.» (Zacarías 5, 2)

  • «Recoge de manos de Helday, de Tobías y de Jedaya las ofrendas de los que han vuelto del destierro, y dirígete hoy mismo a casa de Josías, hijo de Sefanías, que ha regresado de Babilonia. (Zacarías 6, 10)

  • La corona quedará en el Templo como un memorial de lo hecho por Helday, Tobías y Josías, el hijo de Sofonías. (Zacarías 6, 14)

  • Así hablaban entre sí los que respetan a Yavé. Yavé, que estaba escuchando, lo supo, y mandó en seguida que en un libro se anotaran los nombres de aquellos que lo respetaban y reverenciaban su Nombre. (Malaquías 3, 16)

  • Libro de los orígenes de Jesucristo, hijo de David e hijo de Abrahán. (Evangelio según San Mateo 1, 1)

  • En el libro del profeta Isaías estaba escrito: «Ya estoy para enviar a mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. (Evangelio según San Marcos 1, 2)

  • Y en cuanto a saber si los muertos resucitan, ¿no han leído en el libro de Moisés, en el capítulo de la zarza, cómo Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? (Evangelio según San Marcos 12, 26)

  • Esto ya estaba escrito en el libro del profeta Isaías: Oigan ese grito en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos. (Evangelio según San Lucas 3, 4)

  • y le pasaron el libro del profeta Isaías. Jesús desenrolló el libro y encontró el pasaje donde estaba escrito: (Evangelio según San Lucas 4, 17)

  • Jesús entonces enrolló el libro, lo devolvió al ayudante y se sentó, mientras todos los presentes tenían los ojos fijos en él. (Evangelio según San Lucas 4, 20)

  • Porque David mismo dice en el libro de los Salmos: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha (Evangelio según San Lucas 20, 42)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina