Encontrados 200 resultados para: libro

  • Es que David había seguido los rectos caminos de Yavé y no se había apartado en ningún momento de todo lo que Yavé le ordenó, excepto en el asunto de Urías, el heteo. Lo demás referente a Abías y todo lo que hizo está escrito en el libro de los Hechos de los reyes de Judá. (1 Reyes 15, 5)

  • Lo demás referente a Asá, su valentía y las ciudades que conquistó, todo lo que hizo está escrito en el libro de los Hechos de los reyes de Judá. Un dato más: en su ancianidad enfermó de los pies. (1 Reyes 15, 23)

  • Lo demás referente a Nadab y cuanto hizo está escrito en el libro de los Hechos de los reyes de Judá. (1 Reyes 15, 31)

  • Lo demás referente a Basá, a sus guerras y todo lo que hizo está escrito en el libro de los Hechos de los reyes de Israel. (1 Reyes 16, 5)

  • Lo demás referente a Elá, y todo lo que hizo, está escrito en el libro de los Hechos de los reyes de Israel. (1 Reyes 16, 14)

  • Lo demás referente a Zimri y la conspiración que tramó está escrito en el libro de los Hechos de los reyes de Israel. (1 Reyes 16, 20)

  • Lo demás referente a Omrí y todas las guerras que hizo está escrito en el libro de los Hechos de los reyes de Israel. (1 Reyes 16, 27)

  • Lo demás referente a Ajab está en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel; allí mencionan sus obras, la casa de marfil que construyó y las ciudades que edificó. (1 Reyes 22, 39)

  • Lo demás referente a Josafat, sus hazañas y sus guerras, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá. (1 Reyes 22, 46)

  • Lo demás referente a Ocozías, lo que hizo, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel. (2 Reyes 1, 18)

  • Lo demás, referente a Joram y todo lo que hizo, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá. (2 Reyes 8, 23)

  • Lo demás referente a Jehú, todo lo que hizo y su valentía, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel. (2 Reyes 10, 34)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina