Encontrados 1368 resultados para: linaje de Jesús
Hermanos santos, que gozan de una vocación sobrenatural, fíjense en Jesús, el apóstol y sumo sacerdote de nuestra fe; (Carta a los Hebreos 3, 1)
En realidad Jesús aventaja en mucho a Moisés, pues no hay comparación entre una casa y el que la construye. (Carta a los Hebreos 3, 3)
Tenemos, pues, un Sumo Sacerdote excepcional, que ha entrado en el mismo cielo, Jesús, el Hijo de Dios. Esto es suficiente para que nos mantengamos firmes en la fe que profesamos. (Carta a los Hebreos 4, 14)
Allí entró Jesús para abrirnos el camino, hecho sumo sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec. (Carta a los Hebreos 6, 20)
Jesús, al que se refiere todo esto, pertenecía a una tribu de la que nadie sirvió jamás al altar. (Carta a los Hebreos 7, 13)
Esta es la prueba de que Jesús viene con una alianza mucho mejor. (Carta a los Hebreos 7, 22)
Jesús, en cambio, permanece para siempre y no se le quitará el sacerdocio. (Carta a los Hebreos 7, 24)
Todo sumo sacerdote es instituido para presentar a Dios ofrendas y sacrificios y, por tanto, Jesús tiene que ofrecer algún sacrificio. (Carta a los Hebreos 8, 3)
Pero ahora Jesús celebra una liturgia tanto superior cuanto es mediador de una alianza mucho mejor y que promete mejores beneficios. (Carta a los Hebreos 8, 6)
Esta voluntad de Dios, de que habla, es que seamos santificados por la ofrenda única del cuerpo de Cristo Jesús. (Carta a los Hebreos 10, 10)
Así, pues, hermanos, no podemos dudar de que entraremos en el Santuario, en virtud de la sangre de Jesús; (Carta a los Hebreos 10, 19)
Levantemos la mirada hacia Jesús, que dirige esta competición de la fe y la lleva a su término. El escogió la cruz en vez de la felicidad que se le ofrecía; no tuvo miedo a la humillación y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. (Carta a los Hebreos 12, 2)