Encontrados 191 resultados para: llamado

  • y se fue a vivir a un pueblo llamado Nazaret. Así había de cumplirse lo que dijeron los profetas: Lo llamarán ''Nazoreo''. (Evangelio según San Mateo 2, 23)

  • Mientras Jesús caminaba a orillas del mar de Galilea, vio a dos hermanos: uno era Simón, llamado Pedro, y el otro Andrés. Eran pescadores y estaban echando la red al mar. (Evangelio según San Mateo 4, 18)

  • Jesús, al irse de allí, vio a un hombre llamado Mateo en su puesto de cobrador de impuestos, y le dijo: «Sígueme.» Mateo se levantó y lo siguió. (Evangelio según San Mateo 9, 9)

  • Estos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; (Evangelio según San Mateo 10, 2)

  • Ya es mucho si el discípulo llega a ser como su maestro y el sirviente como su patrón. Si al dueño de casa lo han llamado demonio, ¡qué no dirán de los demás de la familia! (Evangelio según San Mateo 10, 25)

  • Llegó Jesús con ellos a un lugar llamado Getsemaní y dijo a sus discípulos: «Siéntense aquí, mientras yo voy más allá a orar.» (Evangelio según San Mateo 26, 36)

  • Por eso ese lugar es llamado Campo de Sangre hasta el día de hoy. (Evangelio según San Mateo 27, 8)

  • De hecho el pueblo tenía entonces un detenido famoso, llamado Barrabás. (Evangelio según San Mateo 27, 16)

  • Cuando se juntó toda la gente, Pilato les dijo: «¿A quién quieren que deje libre, a Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo?» (Evangelio según San Mateo 27, 17)

  • Pilato les dijo: «¿Y qué hago con Jesús, llamado el Cristo?» Todos contestaron: «¡Crucifícalo!» (Evangelio según San Mateo 27, 22)

  • Por el camino se encontraron con un hombre de Cirene, llamado Simón, y le obligaron a que cargara con la cruz de Jesús. (Evangelio según San Mateo 27, 32)

  • Siendo ya tarde, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había hecho discípulo de Jesús. (Evangelio según San Mateo 27, 57)


“Pense em Jesus flagelado por amor a você, e ofereça com generosidade um sacrifício a Ele”. São Padre Pio de Pietrelcina