Encontrados 31 resultados para: miro

  • Yavé mandó un Angel contra Jerusalén para destruirla; pero cuando ya lo estaba haciendo Yavé miró y se arrepintió del mal y dijo al Angel exterminador: «Basta ya, retira tu mano.» El Angel de Yavé estaba junto a la era de Ornán el jebuseo. (1 Crónicas 21, 15)

  • Cuando David llegó junto a Ornán, éste miró y, al verlo, salió de la era para postrarse ante él, rostro en tierra. (1 Crónicas 21, 21)

  • Miró, y vio al rey junto a la columna, a la entrada, y a los jefes y las trompetas junto al rey, a todo el pueblo lleno de alegría que tocaba las trompetas, y a los cantores que, con instrumentos de música, dirigían los cánticos de alabanza. Entonces Atalía rasgó sus vestidos y gritó: «¡Traición, traición!» (2 Crónicas 23, 13)

  • Oh tú, mi fuerza, hacia ti miro, pues Dios es mi ciudadela. (Salmos 59, 10)

  • miro con desprecio a los que me espían y oigo, sin temor, a esos criminales. (Salmos 92, 12)

  • Pues se inclinó de lo alto de su santuario, desde los cielos miró el Señor a la tierra (Salmos 102, 20)

  • Si miro todo el trabajo que los hombres se dan, toda la carrera tras el éxito, eso no es más que envidia del uno para el otro. ¡Todo eso es insensato, se corre tras el viento! (Eclesiastés (Qohelet) 4, 4)

  • Después de eso, el Señor miró hacia abajo, a la tierra, y la colmó de sus riquezas. (Sirácides (Eclesiástico) 16, 29)

  • Echa la mitad al fuego, pone a asar la carne sobre las brasas, y cuando está listo, se come el asado hasta quedar satisfecho. Al mismo tiempo, se calienta y dice: «Me caliento mientras miro las llamas.» (Isaías 44, 16)

  • El séptimo día vino el rey a llorar a Daniel; se acercó al foso, miró y vio a Daniel sentado allí. (Daniel 14, 40)

  • Efraím, ¿qué tienes ya que ver con los ídolos? Yo te miro y aguardo tu respuesta, yo que soy como un ciprés siempre verde: si tienes frutos, esto te viene de mí. (Oseas 14, 9)

  • Jesús los miró fijamente y les dijo: «Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para Dios todo es posible.» (Evangelio según San Marcos 10, 27)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina