Encontrados 1444 resultados para: no recibir en casa

  • No tendrás relaciones con tu hermana, hija de tu padre o de tu madre, nacida en casa o fuera de ella. (Levítico 18, 9)

  • Ningún extraño comerá de las cosas sagradas; el que viva en casa del sacerdote o que trabaje a su servicio, no comerá de las cosas sagradas. (Levítico 22, 10)

  • Pero si un sacerdote adquiere un esclavo comprándolo, éste podrá comer de las cosas sagradas y también los que han nacido en su casa comerán de su alimento. (Levítico 22, 11)

  • Pero, si queda viuda o es despedida por su esposo sin tener hijos y vuelve a la casa de su padre, podrá comer el pan de su padre, como cuando era joven. Pero ningún extraño comerá de él. (Levítico 22, 13)

  • En cambio, el que venda una casa ubicada en una ciudad con murallas, tendrá un año para rescatarla a partir de su venta; su derecho de rescate no vale más que un tiempo. (Levítico 25, 29)

  • De no ser rescatada dentro del año, una casa ubicada en una ciudad con murallas quedará para siempre para el comprador y sus descendientes: no se la quitarán en el jubileo. (Levítico 25, 30)

  • Aun cuando no se rescate una casa ubicada en una ciudad de los levitas, lo vendido quedará libre en el jubileo; porque las casas de las ciudades de los levitas son su propiedad en medio de los hijos de Israel. (Levítico 25, 33)

  • Entonces saldrá de tu casa con sus hijos y volverá a su familia recobrando la propiedad de sus padres. (Levítico 25, 41)

  • Estará en casa de su patrón, año tras año, como quien trabaja a jornal. No permitas que se le trate con dureza ante tus ojos. (Levítico 25, 53)

  • Si uno consagra su casa como cosa santa a Yavé, el sacerdote le pondrá precio. Según lo que él diga, así será. (Levítico 27, 14)

  • El jefe de la casa de Guersón era Eliasaf, hijo de Sael. (Números 3, 24)

  • Pero no ocurre lo mismo con mi servidor Moisés; le he confiado toda mi Casa (Números 12, 7)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina