Encontrados 154 resultados para: oración de Tobías

  • En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte; pero hizo oración a Yavé, que le habló y le otorgó una señal maravillosa. (2 Crónicas 32, 24)

  • Rezó a él y Dios accedió, escuchó su oración y le concedió que volviera a Jerusalén y reinara nuevamente. Entonces supo Manasés que sólo Yavé es Dios. (2 Crónicas 33, 13)

  • Los demás hechos de Manasés, su oración a Dios, y las palabras de los videntes que le hablaron en nombre de Yavé, Dios de Israel, se encuentran en los Hechos de los Reyes de Israel. (2 Crónicas 33, 18)

  • Asimismo su oración, y cómo fue escuchada, y todos sus pecados y apostasía: los sitios en que edificó santuarios altos y levantó troncos sagrados e ídolos antes de hacer penitencia, están escritos en los Hechos de Josay. (2 Crónicas 33, 19)

  • los hijos de Delaías, los de Tobías, los de Necodá, 652. (Esdras 2, 60)

  • Estén atentos tus oídos y abiertos tus ojos para escuchar la oración de tu siervo. Estoy ahora en tu presencia día y noche por tus servidores los hijos de Israel. (Nehemías 1, 6)

  • Escucha mi oración y la de estos que solamente desean honrar tu Nombre. Te ruego me ayudes ahora. Haz que sea bien recibido por el rey.» Yo, entonces, era encargado de preparar las bebidas para el rey. (Nehemías 1, 11)

  • Pero en Jerusalén, Sambalat, el joronita, y Tobías, el servidor amonita, supieron de mi llegada y les disgustó que alguien viniera a ayudar a los israelitas. (Nehemías 2, 10)

  • Sambalat, el joronita; Tobías, el siervo amonita, y Guesem, el árabe, se rieron de nosotros y vinieron a decirnos: «¿Qué hacen? Se están rebelando contra el rey.» (Nehemías 2, 19)

  • Tobías, el amonita, que estaba a su lado, dijo: «Déjenlos que construyan; pues cualquier zorro echará abajo su muralla.» (Nehemías 3, 35)

  • Sambalat, Tobías, los árabes, los amonitas y los vecinos de Azoto vieron que la reparación de la muralla adelantaba y que los hoyos empezaban a taparse. Se enojaron mucho, (Nehemías 4, 1)

  • Sambalat, Tobías, el árabe, Guesem y los demás enemigos nuestros supieron que yo había levantado nuevamente la muralla de Jerusalén. No quedaba ningún hoyo, aunque todavía no se habían puesto las puertas. (Nehemías 6, 1)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina