Encontrados 226 resultados para: orden

  • Si la nube se detenía mucho tiempo, los hijos de Israel respetaban la orden de Yavé y no partían. (Números 9, 19)

  • Lo mismo si la nube se detenía sólo algunos días sobre la Morada: a la orden de Yavé levantaban el campamento, y a la orden de Yavé acampaban. (Números 9, 20)

  • A la orden de Yavé partían y a su orden acampaban, observando la decisión de Yavé, tal como la daba a Moisés. (Números 9, 23)

  • Partieron entonces por primera vez según la orden de Yavé transmitida por Moisés. (Números 10, 13)

  • Este fue el orden de marcha de los hijos de Israel repartidos en cuerpos de ejército. Y así partieron. (Números 10, 28)

  • Moisés los envió pues desde el desierto de Parán según la orden de Yavé. Todos esos hombres eran jefes de Israel. (Números 13, 3)

  • Balaam respondió a los servidores de Balac: "Aunque Balac me diera su casa llena de plata y de oro, no desobedecería la orden de Yavé, mi Dios, no importa que fuera para una cosa pequeña o grande. (Números 22, 18)

  • Aunque Balac me dé su casa llena de plata y de oro, no desobedeceré la orden de Yavé. Bien o mal, no haré nada por mi mismo, sino que diré lo que diga Yavé. (Números 24, 13)

  • «Da esta orden a los hijos de Israel: Tendrán cuidado de traerme a su debido tiempo la ofrenda de alimentos que me corresponde en los sacrificios por el fuego de suave aroma. (Números 28, 2)

  • Moisés entonces dio orden al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los jefes de las casas paternas de las tribus de los hijos de Israel respecto a ellos. (Números 32, 28)

  • «Da esta orden a los hijos de Israel: Cuando entren en el país de Canaán, éste será el territorio que les caerá en herencia: el país de Canaán, entre las fronteras siguientes: (Números 34, 2)

  • Moisés dio entonces esta orden a los hijos de Israel: «Este es el país que han de repartirse a suerte, el que Yavé mandó dar a las nueve tribus y media, (Números 34, 13)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina