Encontrados 389 resultados para: piedras grandes

  • Y cuando Yavé te haya llevado a la tierra que juró darte, -pues se lo dijo a tus padres, Abrahán, Isaac y Jacob- con ciudades grandes y prósperas que tú no edificaste, (Deuteronomio 6, 10)

  • Y lo vimos hacer milagros grandes, y terribles prodigios contra Faraón y toda su gente, (Deuteronomio 6, 22)

  • de aquellas terribles pruebas que vieron tus ojos, y de los prodigios y señales, de la mano fuerte y de los grandes golpes con que te libertó Yavé, tu Dios. (Deuteronomio 7, 19)

  • tierra donde el pan que comas no será racionado y donde nada te faltará; tierra donde las piedras tienen hierro y de cuyas montañas extraerás el cobre. (Deuteronomio 8, 9)

  • Escucha, Israel: Hoy vas a pasar el Jordán para desalojar naciones más grandes y más fuertes que tú, con ciudades grandes cuyas murallas llegan hasta el cielo. (Deuteronomio 9, 1)

  • Ustedes a quienes me dirijo me entienden; tal vez sea más difícil para sus hijos que no habrán conocido ni visto las lecciones que dio Yavé con su mano firme y sus grandes golpes, (Deuteronomio 11, 2)

  • Ustedes han visto con sus propios ojos todas estas grandes intervenciones de Yavé. (Deuteronomio 11, 7)

  • Yavé echará fuera a todas esas naciones delante de ustedes y, por más que sean grandes y poderosas, ustedes les quitarán la tierra. (Deuteronomio 11, 23)

  • Tampoco levantarás piedras, porque Yavé aborrece estas cosas. (Deuteronomio 16, 22)

  • La mano de los testigos será la primera en tirar piedras para matarlo. Después, todo el pueblo lo apedreará. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti. (Deuteronomio 17, 7)

  • Entonces todo el pueblo le tirará piedras hasta que muera. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti, y todo Israel, al saberlo, temerá. (Deuteronomio 21, 21)

  • Cuando pasen el Jordán para ir a la tierra que Yavé, tu Dios, te da, erigirás grandes piedras y las blanquearás con cal. (Deuteronomio 27, 2)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina