Encontrados 223 resultados para: pies

  • Josué reunió a todo Israel y dijo a los capitanes de las tropas: «Acérquense y pongan sus pies sobre el cuello de esos reyes.» Se acercaron, pues, y pusieron sus pies sobre el cuello de los reyes. (Josué 10, 24)

  • Desde la parte de la cordillera que sube hacia Seír, hasta Baal Gad en el valle del Líbano, a los pies del monte Hermón, derrotó a todos sus reyes, a quienes venció y dio muerte. (Josué 11, 17)

  • Aquel día Moisés hizo este juramento: Por haber sido fiel a Yavé, mi Dios, la tierra que pisaron tus pies será tuya y de tus descendientes para siempre. (Josué 14, 9)

  • El señor de Bezec se dio a la fuga, pero ellos lo persiguieron, le echaron mano y le cortaron los pulgares de las manos y de los pies. (Jueces 1, 6)

  • El señor de Bezec declaró: «Setenta reyes a quienes corté los pulgares de pies y manos recogían las migajas debajo de mi mesa; Dios me devuelve lo que hice yo.» Lo llevaron a Jerusalén y allí murió. (Jueces 1, 7)

  • Hirió a Sísara, le partió la cabeza, lo golpeó y le partió la sien; a sus pies se desplomó, allí cayó, quedó tendido. (Jueces 5, 27)

  • Los llevó a su casa y dio forraje a los burros. Y ellos se lavaron los pies, comieron y bebieron. (Jueces 19, 21)

  • Fíjate bien dónde se va a acostar, y cuando ya esté durmiendo, acércate, levanta las mantas que tenga a sus pies y acuéstate allí. El te dirá entonces lo que debas hacer.» (Rut 3, 4)

  • Booz, después de una cena bien regada, se fue a acostar muy alegre junto a la parva. Ella, por su parte, caminando despacito, destapó sus pies y se acostó. (Rut 3, 7)

  • Como a la media noche se despertó el hombre y miró con asombro que tenía a sus pies a una mujer. (Rut 3, 8)

  • Subió Jonatán, ayudándose de pies y manos, y su escudero lo seguía. Caían los filisteos ante Jonatán, y los remataba su escudero, que lo iba siguiendo. (1 Samuel 14, 13)

  • Echándose a sus pies, le dijo: «¡Oh, señor mío! Yo soy la culpable, pero te ruego escuchar mis palabras. (1 Samuel 25, 24)


“O Santo Sacrifício da Missa é o sufrágio mais eficaz, que ultrapassa todas as orações, as boas obras e as penitências. Infalivelmente produz seu efeito para vantagem das almas por sua virtude própria e imediata.” São Padre Pio de Pietrelcina