Encontrados 250 resultados para: plenitud de alegría
Les he dicho todas estas cosas para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea completa. (Evangelio según San Juan 15, 11)
La mujer se siente afligida cuando está para dar a luz, porque le llega la hora del dolor. Pero después que ha nacido la criatura, se olvida de las angustias por su alegría tan grande; piensen: ¡un ser humano ha venido al mundo! (Evangelio según San Juan 16, 21)
Así también ustedes ahora sienten tristeza, pero yo los volveré a ver y su corazón se llenará de alegría, y nadie les podrá arrebatar ese gozo. (Evangelio según San Juan 16, 22)
Pero ahora que voy a ti, y estando todavía en el mundo, digo estas cosas para que tengan en ellos la plenitud de mi alegría. (Evangelio según San Juan 17, 13)
Todos los días se reunían en el Templo con entusiasmo, partían el pan en sus casas y compartían sus comidas con alegría y con gran sencillez de corazón. (Hecho de los Apóstoles 2, 46)
Hubo, pues, gran alegría en aquella ciudad. (Hecho de los Apóstoles 8, 8)
Reconoció la voz de Pedro, y fue tanta su alegría, que en vez de abrir la puerta entró corriendo a contar que Pedro estaba a la puerta. (Hecho de los Apóstoles 12, 14)
pero no por eso dejó de manifestarse, pues continuamente derrama sus beneficios. El es quien desde el cielo les da las lluvias, y los frutos a su tiempo, dando el alimento y llenando los corazones de alegría.» (Hecho de los Apóstoles 14, 17)
La Iglesia los encaminó, y atravesaron Fenicia y Samaría. Al pasar contaban con todo lujo de detalles la conversión de los paganos, lo que produjo gran alegría en todos los hermanos. (Hecho de los Apóstoles 15, 3)
Al llegar a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con alegría. (Hecho de los Apóstoles 21, 17)
Cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con él por la muerte de su Hijo; con mucha más razón ahora su vida será nuestra plenitud. (Carta a los Romanos 5, 10)
Si la caída de Israel fue una riqueza para el mundo, y lo que perdieron enriqueció a las naciones paganas, ¡como será cuando Israel alcance su plenitud! (Carta a los Romanos 11, 12)