Encontrados 360 resultados para: poder divino
Pero Dios lo libró de los dolores de la muerte y lo resucitó, pues no era posible que quedase bajo el poder de la muerte. (Hecho de los Apóstoles 2, 24)
Al ver esto, Pedro se dirigió al pueblo y les dijo: «Israelitas, ¿por qué se quedan tan maravillados? Ustedes nos miran como si hubiéramos hecho caminar a este hombre por nuestro propio poder, o por ser unos santos. (Hecho de los Apóstoles 3, 12)
Mandaron traer a Pedro y Juan ante ellos y empezaron a interrogarles: «¿Con qué poder han hecho ustedes eso? ¿A qué ser celestial han invocado?» (Hecho de los Apóstoles 4, 7)
mientras tú manifiestas tu poder y das grandes golpes, realizando curaciones, señales y prodigios por el Nombre de tu santo siervo Jesús.» (Hecho de los Apóstoles 4, 30)
Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con gran poder, y aquél era para todos un tiempo de gracia excepcional. (Hecho de los Apóstoles 4, 33)
Esteban, hombre lleno de gracia y de poder, realizaba grandes prodigios y señales milagrosas en medio del pueblo. (Hecho de los Apóstoles 6, 8)
Al no poder resistir a la verdad, sobornaron a unos hombres para que afirmaran: «Hemos oído hablar a este hombre contra Moisés y contra Dios.» (Hecho de los Apóstoles 6, 11)
Todos estaban pendientes de él, pequeños y grandes, y decían: «Este es el poder de Dios", pues se hablaba de un tal "gran poder de Dios.» (Hecho de los Apóstoles 8, 10)
Pero cuando Felipe les habló del Reino de Dios y del poder salvador de Jesús, el Mesías, tanto los hombres como las mujeres creyeron y empezaron a bautizarse. (Hecho de los Apóstoles 8, 12)
diciendo: «Denme a mí también ese poder, de modo que a quien yo imponga las manos reciba el Espíritu Santo.» (Hecho de los Apóstoles 8, 19)
pero Saulo llegó a conocer su plan. Día y noche eran vigiladas las puertas de la ciudad para poder matarlo. (Hecho de los Apóstoles 9, 24)
Jesús de Nazaret fue consagrado por Dios, que le dio Espíritu Santo y poder. Y como Dios estaba con él, pasó haciendo el bien y sanando a los oprimidos por el diablo. (Hecho de los Apóstoles 10, 38)