Encontrados 13 resultados para: privado
Tú me arrojas hoy de esta tierra, y me dejas privado de tu presencia. Si he de ser un errante y de andar vagando sobre la tierra, cualquiera que me encuentre me matará.» (Génesis 4, 14)
El, que había privado de sepultura a tantos, murió sin que nadie llorase por él; no recibió honras fúnebres ni tuvo un lugar en el sepulcro de sus padres. (2 Macabeos 5, 10)
Después de reunirse en privado con los Ancianos, acordó partir con los suyos a buscar una decisión por las armas, Dios mediante, antes de que el ejército del rey invadiera Judea y se hiciera dueño de Jerusalén. (2 Macabeos 13, 13)
Todo lo que mis ojos deseaban, me lo concedí; no hubo placer del cual me haya privado, pues encontraba mi alegría en todo lo que hacía. Así al menos recogía el fruto de mi trabajo. (Eclesiastés (Qohelet) 2, 10)
Y luego dirás a propósito de los señores de Jerusalén: Esta palabra de Yavé está destinada a los habitantes de Jerusalén, a todos los que están todavía en la tierra de Israel: Comerán su pan en medio de la angustia, beberán su agua en medio de su tristeza, porque su país será desolado, privado de sus riquezas a causa de la violencia de sus habitantes. (Ezequiel 12, 19)
Entonces Herodes llamó en privado a los Magos, y les hizo precisar la fecha en que se les había aparecido la estrella. (Evangelio según San Mateo 2, 7)
Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo ustedes a la luz, y lo que les digo en privado, proclámenlo desde las azoteas. (Evangelio según San Mateo 10, 27)
Entonces los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron en privado: «¿Por qué nosotros no pudimos echar a ese demonio?» (Evangelio según San Mateo 17, 19)
Como Jesús después se sentara en el monte de los Olivos, los discípulos se acercaron y le preguntaron en privado: «Dinos cuándo ocurrirá todo eso. ¿Qué señales anunciarán tu venida y el fin de la historia?» (Evangelio según San Mateo 24, 3)
No les decía nada sin usar parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado. (Evangelio según San Marcos 4, 34)
Ya dentro de casa, sus discípulos le preguntaron en privado: «¿Por qué no pudimos expulsar nosotros a ese espíritu?» (Evangelio según San Marcos 9, 28)
Poco después Jesús se sentó en el monte de los Olivos, frente al Templo, y entonces Pedro, Santiago, Juan y Andrés le preguntaron en privado: (Evangelio según San Marcos 13, 3)