Encontrados 264 resultados para: profeta Semaías

  • Semaías, de Nejelam, (Jeremías 29, 24)

  • «Yavé te ha puesto como sacerdote en lugar de Joyada, para que detengas en la Casa de Yavé a cualquier fanático que quiera pasar por profeta, y le amarres las manos y lo metas en el calabozo. (Jeremías 29, 26)

  • Entonces, ¿por qué no has prohibido actuar a Jeremías de Anatot, que se las da de profeta entre ustedes? (Jeremías 29, 27)

  • Yavé le dirigió la palabra al profeta: Manda este recado a los desterrados: (Jeremías 29, 30)

  • «Esto es lo que piensa hacer Yavé con Semaías de Nejelam por haber profetizado sin autorización haciéndoles creer en mentiras: (Jeremías 29, 31)

  • Yo castigaré a Semaías de Nejelam y a su familia. Ninguno de los suyos habitará en medio de este pueblo ni verá el bien que voy a hacer a mi pueblo, dice Yavé, porque ha empujado a mi pueblo a la desobediencia contra Yavé.» (Jeremías 29, 32)

  • En ese entonces, el ejército del rey de Babilonia sitiaba a Jerusalén y el profeta Jeremías se hallaba detenido en el patio de la guardia del palacio real de Judá, (Jeremías 32, 2)

  • El profeta Jeremías refirió todo esto a Sedecías, rey de Judá, en Jerusalén, (Jeremías 34, 6)

  • Jeremías mandó llamar a Baruc, hijo de Nerías, a quien dictó, para que anotara en el papel enrollado todo cuanto Yavé le había comunicado al profeta. (Jeremías 36, 4)

  • En seguida, el rey ordenó a Jeramiel, a Seraías y a Selemías que tomaran preso al secretario Baruc y al profeta Jeremías, pero Yavé los ocultó. (Jeremías 36, 26)

  • Pero ni él ni sus ministros ni la gente del país hicieron caso de las palabras que Yavé les había dirigido por medio del profeta Jeremías. (Jeremías 37, 2)

  • El rey Sedecías ordenó a Jucal, hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maseías, que fueran donde el profeta Jeremías con este recado: «Ruega por nosotros a Yavé, nuestro Dios.» (Jeremías 37, 3)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina