Encontrados 1091 resultados para: puertas de la ciudad

  • dirán a gritos: «¡Ay, ay, Gran Ciudad, la que se vestía de lino, púrpura y escarlata, y resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas! (Apocalipsis 18, 16)

  • y gritaron al contemplar la humareda de su incendio: «¿Dónde se ha visto jamás ciudad como ésta?» (Apocalipsis 18, 18)

  • Y echando polvo sobre su cabeza, decían llorando y lamentándose: «¡Ay, ay de la Gran Ciudad, donde se hicieron muy ricos, gracias a su lujo, cuantos tenían naves en el mar! ¡En una hora ha quedado devastada!» (Apocalipsis 18, 19)

  • Entonces un ángel poderoso tomó una piedra, tan enorme como una piedra de molino, y la arrojó al mar, diciendo: «Así, con igual violencia, será arrojada Babilonia, la Gran Ciudad, y no se volverá a ver más. (Apocalipsis 18, 21)

  • En esta ciudad fue hallada sangre de profetas y santos, y de todos los que fueron degollados en la tierra.» (Apocalipsis 18, 24)

  • Invadieron el país entero y cercaron el campamento de los santos, la Ciudad muy amada, pero bajó fuego del cielo y los devoró. (Apocalipsis 20, 9)

  • Y vi a la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia que se adorna para recibir a su esposo. (Apocalipsis 21, 2)

  • Me trasladó en espíritu a un cerro muy grande y elevado y me mostró la Ciudad Santa de Jerusalén, que bajaba del cielo de junto a Dios, (Apocalipsis 21, 10)

  • Tenía una muralla grande y alta con doce puertas, y sobre las puertas doce ángeles y nombres grabados, que son los nombres de las doce tribus de los hijos de Israel. (Apocalipsis 21, 12)

  • Tres puertas dan a oriente y otras tres miran al norte; tres puertas al sur y otras tres al poniente. (Apocalipsis 21, 13)

  • La muralla de la ciudad descansa sobre doce bases en las que están escritos los nombres de los doce Apóstoles del Cordero. (Apocalipsis 21, 14)

  • El ángel que me hablaba tenía una caña de medir de oro, para medir la ciudad, las puertas y la muralla. (Apocalipsis 21, 15)


“A mulher forte é a que tem temor de Deus, a que mesmo à custa de sacrifício faz a vontade de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina