Encontrados 45 resultados para: quisieron

  • Por esto, así se expresa Yavé de los Ejércitos: "Ya que ustedes no quisieron oírme cuando les hablaba, (Jeremías 25, 8)

  • Pues no quisieron hacerme caso, dice Yavé, cuando les hablaba por medio de mis servidores los profetas, los que les estuve mandando sin parar. Se negaron a oírme. (Jeremías 29, 19)

  • Han sido fabricados por carpinteros y por plateros, y no son otra cosa que lo que quisieron sus artífices. (Baruc 6, 45)

  • Pero se rebelaron contra mí y no quisieron escucharme. No arrojaron lejos de sí a esos ídolos que los seducían, no abandonaron a los ídolos de Egipto. Pensé desatar mi cólera en su contra, hacerles sentir mi furor en el país de Egipto. (Ezequiel 20, 8)

  • Tus fronteras estaban en alta mar y tus fundadores quisieron que fueras muy hermosa. (Ezequiel 27, 4)

  • No se porten como sus antepasados, a quienes los antiguos profetas les gritaban: «Déjense de andar por malos caminos y no sigan haciendo maldades.» Pero ellos no quisieron escucharlos, ni les hicieron caso. (Zacarías 1, 4)

  • Pero ellos no quisieron que les hablara, me volvieron la espalda y se tapaban los oídos para no escucharme; (Zacarías 7, 11)

  • por lo que mandó a sus servidores a llamar a los invitados a la fiesta. Pero éstos no quisieron venir. (Evangelio según San Mateo 22, 3)

  • Yo se lo digo: Elías ya ha venido, e hicieron con él todo lo que quisieron, tal como de él estaba escrito.» (Evangelio según San Marcos 9, 13)

  • Pero los samaritanos no lo quisieron recibir, porque se dirigía a Jerusalén. (Evangelio según San Lucas 9, 53)

  • Porque yo les digo, que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven, y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron.» (Evangelio según San Lucas 10, 24)

  • En cuanto a esos enemigos míos que no me quisieron por rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia.» (Evangelio según San Lucas 19, 27)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina