Encontrados 429 resultados para: reino

  • Entiéndanme bien, hermanos: lo que es carne y sangre no puede entrar en el Reino de Dios. En la vida que nunca terminará no hay lugar para las fuerzas de descomposición. (1º Carta a los Corintios 15, 50)

  • y envidias; borracheras, orgías y cosas semejantes. Les he dicho, y se lo repito: los que hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios. (Carta a los Gálatas 5, 21)

  • Sépanlo bien: ni el corrompido, ni el impuro, ni el que se apega al dinero, que es servir a un dios falso, tendrán parte en el reino de Cristo y de Dios. (Carta a los Efesios 5, 5)

  • Y que den gracias al Padre que nos preparó para recibir nuestra parte en la herencia reservada a los santos en su reino de luz. (Carta a los Colosenses 1, 12)

  • El nos arrancó del poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino de su Hijo amado. (Carta a los Colosenses 1, 13)

  • Los saluda también Jesús, apodado Justo. Son los únicos de raza judía que están trabajando conmigo por el Reino de Dios, y que han sido para mí un consuelo. (Carta a los Colosenses 4, 11)

  • los animábamos y los urgíamos a que llevasen una vida digna del Dios que los ha llamado a su propio Reino y gloria. (1º Carta a los Tesalonicenses 2, 12)

  • Estas han de ser para ustedes una muestra del justo juicio de Dios, pues deben mostrarse dignos de ese Reino de Dios por el cual ahora padecen. (2º Carta a los Tesalonicenses 1, 5)

  • El Señor me librará de todo mal y me salvará, llevándome a su reino celestial. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén. (2º Carta a Timoteo 4, 18)

  • Por eso, si hemos recibido el reino que no se puede conmover, conservemos esta gracia y sirvamos a Dios cómo él desea, con amor y de verdad, (Carta a los Hebreos 12, 28)

  • Miren, hermanos, ¿acaso no ha escogido Dios a los pobres de este mundo para hacerlos ricos en la fe? ¿No les dará el reino que prometió a quienes lo aman? (Carta de Santiago 2, 5)

  • Obran bien cuando cumplen la Ley del Reino, tal como está en la Escritura: Ama a tu prójimo como a ti mismo. (Carta de Santiago 2, 8)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina