Encontrados 525 resultados para: respeto a los padres

  • ¡Terminen, pues, de hacer lo que sus padres comenzaron! (Evangelio según San Mateo 23, 32)

  • pues Herodes veía que Juan era un hombre justo y santo, y le tenía respeto. Por eso lo protegía, y lo escuchaba con gusto, aunque quedaba muy perplejo al oírlo. (Evangelio según San Marcos 6, 20)

  • Y ustedes ya no dejan que esa persona ayude a sus padres. (Evangelio según San Marcos 7, 12)

  • El hermano entregará a la muerte al hermano y el padre al hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y les darán muerte. (Evangelio según San Marcos 13, 12)

  • El mismo abrirá el camino al Señor con el espíritu y el poder del profeta Elías, reconciliará a padres e hijos y llevará a los rebeldes a la sabiduría de los buenos. De este modo preparará al Señor un pueblo bien dispuesto.» (Evangelio según San Lucas 1, 17)

  • como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a sus descendientes para siempre. (Evangelio según San Lucas 1, 55)

  • que nos mostraría el amor que tiene a nuestros padres y cómo recuerda su santa alianza. (Evangelio según San Lucas 1, 72)

  • El Espíritu también lo llevó al Templo en aquel momento. Como los padres traían al niño Jesús para cumplir con él lo que mandaba la Ley, (Evangelio según San Lucas 2, 27)

  • Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. (Evangelio según San Lucas 2, 41)

  • Al terminar los días de la fiesta regresaron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo supieran. (Evangelio según San Lucas 2, 43)

  • Sus padres se emocionaron mucho al verlo; su madre le decía: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado muy angustiados mientras te buscábamos.» (Evangelio según San Lucas 2, 48)

  • Alégrense en ese momento y llénense de gozo, porque les espera una recompensa grande en el cielo. Recuerden que de esa manera trataron también a los profetas en tiempos de sus padres. (Evangelio según San Lucas 6, 23)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina