Encontrados 28 resultados para: sentencias

  • Qohelet procuró pulir sus sentencias y expresar verdades en un estilo muy directo. (Eclesiastés (Qohelet) 12, 10)

  • Las palabras de los sabios son como aguijones; una colección de sentencias es como una cerca cuyas estacas han sido ensambladas por un mismo pastor. (Eclesiastés (Qohelet) 12, 11)

  • Escucha con gusto todo lo que se refiere a las cosas de Dios; no dejes pasar las sentencias de los sabios. (Sirácides (Eclesiástico) 6, 35)

  • Aquellos cuyas palabras están llenas de sensatez han sabido ser sabios; sus sentencias son una lluvia bienhechora. (Sirácides (Eclesiástico) 18, 29)

  • Si él quiere despacha la nieve y apresura a los relámpagos para que ejecuten sus sentencias. (Sirácides (Eclesiástico) 43, 13)

  • También éstos se tambalean bajo los efectos del vino, sacerdotes y profetas andan dando tumbos por haber tomado tanto. El vino los hace titubear y los licores fuertes les hacen perder los sentidos: divagan en sus visiones y tartamudean al dar sus sentencias. (Isaías 28, 7)

  • Pueblos, pónganme atención, y escúchenme, naciones, porque de mí saldrá la Ley y mis sentencias que serán la luz de los pueblos. (Isaías 51, 4)

  • Pero tú, Yavé de los Ejércitos, que pronuncias sentencias justas, conoces el corazón y las intenciones de los hombres; a ti he entregado mi causa y estaré presente cuando tú hagas justicia.» (Jeremías 11, 20)

  • Tú dictabas sentencias injustas, condenabas a los inocentes y absolvías a los culpables, cuando el Señor ha dicho: «No harás morir al inocente justo». (Daniel 13, 53)

  • Efraím es un opresor y dicta sentencias injustas, pues se deja llevar por las apariencias. (Oseas 5, 11)

  • Hablaré a los profetas, multiplicaré las visiones y dictaré sentencias por medio de los profetas. (Oseas 12, 11)

  • ¿Galopan por las rocas los caballos o se ara el mar con bueyes, para que ustedes cambien en veneno el derecho o en ajenjo las sentencias del tribunal? (Amós 6, 12)


“O meu passado, Senhor, à Tua misericórdia. O meu Presente, ao Teu amor. O meu futuro, à Tua Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina