Encontrados 2188 resultados para: temor del Señor

  • Tengan paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. Miren cómo el sembrador cosecha los preciosos productos de la tierra, que ha aguardado desde las primeras lluvias hasta las tardías. (Carta de Santiago 5, 7)

  • Sean también ustedes pacientes y no se desanimen, porque la venida del Señor está cerca. (Carta de Santiago 5, 8)

  • Consideren, hermanos, lo que han sufrido los profetas que hablaron en nombre del Señor y tómenlos como modelo de paciencia. (Carta de Santiago 5, 10)

  • Fíjense que llamamos felices a aquellos que fueron capaces de perseverar. Han oído hablar de la constancia de Job y saben lo que al final el Señor hizo por él, pues el Señor es compasivo y misericordioso. (Carta de Santiago 5, 11)

  • ¿Hay alguno enfermo? Que llame a los ancianos de la Iglesia, que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. (Carta de Santiago 5, 14)

  • La oración hecha con fe salvará al que no puede levantarse; el Señor hará que se levante; y si ha cometido pecados, se le perdonarán. (Carta de Santiago 5, 15)

  • Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús, nuestro Señor, por su gran misericordia. Al resucitar a Cristo Jesús de entre los muertos, nos dió una vida nueva y una esperanza viva. (1º Carta de Pedro 1, 3)

  • pero la palabra del Señor permanece eternamente. Esta palabra es el Evangelio que se les ha anunciado a ustedes. (1º Carta de Pedro 1, 25)

  • ¿Acaso no han probado lo bueno que es el Señor? (1º Carta de Pedro 2, 3)

  • Sométanse a toda autoridad humana por causa del Señor: al rey, porque tiene el mando; (1º Carta de Pedro 2, 13)

  • Así obedecía Sara a Abrahán, al que llamaba su señor. Ustedes serán hijas de Sara si obran el bien sin tener miedo a nada. (1º Carta de Pedro 3, 6)

  • Porque el Señor tiene los ojos puestos sobre los justos y los oídos atentos a sus peticiones; mas el Señor se opone a los que hacen el mal. (1º Carta de Pedro 3, 12)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina