Encontrados 38 resultados para: toca

  • El Señor es la herencia que me toca y mi buena suerte: ¡guárdame mi parte! (Salmos 16, 5)

  • él, que mira a la tierra y ésta tiembla, y si toca a los montes, echan humo. (Salmos 104, 32)

  • Señor, inclina tus cielos y desciende, toca los montes para que echen humo. (Salmos 144, 5)

  • Lo mismo pasa con el que va donde la mujer de su prójimo: el que la toca no quedará sin castigo. (Proverbios 6, 29)

  • ¡Viva la alegría!, pues la única felicidad para el hombre bajo el sol es comer y beber y regocijarse: esto le toca por su trabajo a lo largo de los contados días que Dios le concedió vivir bajo el sol. (Eclesiastés (Qohelet) 8, 15)

  • El que toca el alquitrán se ensucia los dedos, el que se junta con un hombre soberbio se volverá como él. (Sirácides (Eclesiástico) 13, 1)

  • La desgracia no alcanza al que teme al Señor; si le toca una prueba se verá libre de ella. (Sirácides (Eclesiástico) 33, 1)

  • Si uno se baña después de haber tocado a un muerto, y lo toca de nuevo, ¿de qué le sirve la purificación? Es lo que pasa con el que ayuna por sus pecados y luego vuelve a cometerlos: ¿quién escuchará su oración? ¿De qué le sirvió su penitencia? (Sirácides (Eclesiástico) 34, 25)

  • En cambio, nada tienen de herencia en la tierra de su pueblo, no tienen su parte con el pueblo; porque el Señor dijo: "Yo seré la parte que le toca en herencia". (Sirácides (Eclesiástico) 45, 22)

  • Toma la guitarra y recorre la ciudad, prostituta olvidada, toca lo mejor que puedas. Puede ser que con tus canciones se vuelvan a acordar de ti. (Isaías 23, 16)

  • Por lo que a mí me toca, dice Yavé, ésta será la alianza que hago con ellos: Mi espíritu, que ha venido sobre ti, y mis palabras que he puesto en tu boca, no se alejarán de tu boca ni de la boca de tus hijos o de tus nietos, desde ahora en adelante y para siempre, afirma Yavé. (Isaías 59, 21)

  • Pastores, lancen alaridos y griten, revuélquense en la tierra, dueños del rebaño, porque a ustedes les toca ir al matadero y ser ejecutados como carneros escogidos. (Jeremías 25, 34)


“O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina