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En cuanto a las ciudades de los levitas, estos tendrán siempre derecho de rescate sobre las casas que están en las ciudades de su propiedad. (Levítico 25, 32)
En cuanto a los hijos de José: En la lista de los descendientes de Efraím, por clanes y por familias -una vez anotados uno por uno los nombres de todos los varones que tenían más de veinte años, o sea, de los aptos para la guerra- (Números 1, 32)
Los gersonitas harán su trabajo bajo las órdenes de Aarón y de sus hijos, tanto lo que se refiere al transporte cuanto al servicio: ustedes los harán responsables del cuidado de toda su carga. (Números 4, 27)
En cuanto a los meraritas, deberás registrar, por clanes y por familias, (Números 4, 29)
En cuanto a mi servidor Caleb, por estar animado de otro espíritu y haberse mantenido fiel a mí, lo llevaré a la tierra donde ya entró una vez, y sus descendientes la poseerán. (Números 14, 24)
Huye a tu patria cuanto antes. Estaba dispuesto a colmarte de honores, pero el Señor te ha privado de ellos". (Números 24, 11)
En cuanto a ustedes, quédense fuera del campamento durante siete días; y cualquiera de ustedes o de los cautivos que haya matado a una persona o haya tocado un cadáver, deberá purificarse al tercero y al séptimo día. (Números 31, 19)
En cuanto a ustedes, den vuelta y avancen hacia el desierto, en dirección al Mar Rojo". (Deuteronomio 1, 40)
En cuanto a los avitas, que habitaban en los poblados hasta Gaza, fueron exterminados por los caftoritas, provenientes de Caftor, los cuales se establecieron en lugar de ellos-. (Deuteronomio 2, 23)
En cuanto a Og, rey de Basán, él era el único sobreviviente de la raza de los gigantes, como puede apreciarse por su sarcófago, que todavía se encuentra en Rabat de los amonitas: es un sarcófago de basalto, que mide cuatro metros y medio de largo por cuatro de ancho, según la medida común. (Deuteronomio 3, 11)
Allí harás el holocausto de la carne y de la sangre sobre el altar del Señor, tu Dios. En cuanto a tus sacrificios, la sangre será derramada sobre el altar del Señor, tu Dios, y tú comerás la carne. (Deuteronomio 12, 27)
En cuanto a las mujeres, los niños, el ganado y cualquier otra cosa que haya en la ciudad, podrás retenerlos como botín, y disfrutar de los despojos de los enemigos que el Señor, tu Dios, te entrega. (Deuteronomio 20, 14)