Encontrados 81 resultados para: árboles

  • Pero la vid les respondió: ‘¿Voy a renunciar a mi mosto que alegra a los dioses y a los hombres, para ir a mecerme por encima de los árboles?’. (Jueces 9, 13)

  • Entonces, todos los árboles dijeron a la zarza: ‘Ven tú a reinar sobre nosotros’. (Jueces 9, 14)

  • Pero la zarza respondió a los árboles: ‘Si de veras quieren ungirme para que reine sobre ustedes, vengan a cobijarse bajo mi sombra; de lo contrario, saldrá fuego de la zarza y consumirá los cedros del Líbano’. (Jueces 9, 15)

  • Ahora, ordena que corten para mí cedros en el Líbano; mis servidores trabajarán con los tuyos, y yo te entregaré como salario de tus servidores todo lo que tú digas. Porque sabes bien que no hay nadie que sepa cortar árboles como los sidonios". (I Reyes 5, 20)

  • Derrotarán todas las plazas fuertes y todas las ciudades importantes; talarán los mejores árboles, cegarán todas las fuentes de agua y arruinarán todos los campos fértiles, cubriéndolos de piedras". (II Reyes 3, 19)

  • demolieron las ciudades y cada uno arrojó su piedra en los campos fértiles, hasta llenarlos de ellas; cegaron todas las fuentes de agua y talaron los mejores árboles. Al fin, cuando ya no quedó más que Quir Jaréset, los honderos la cercaron y la atacaron. (II Reyes 3, 25)

  • y se fue con ellos. Cuando llegaron al Jordán, se pusieron a cortar los árboles. (II Reyes 6, 4)

  • Griten de gozo los árboles del bosque, griten de gozo delante del Señor, porque él viene a gobernar la tierra. (I Crónicas 16, 33)

  • Envíame también madera de cedro, de ciprés y de sándalo del Líbano, porque sé que tus servidores saben talar los árboles del Líbano. Mis servidores trabajarán con los tuyos (II Crónicas 2, 7)

  • y que debían anunciarlo y publicar la proclama por todas sus ciudades y por Jerusalén, en estos términos: "Salgan a la montaña y traigan ramas de olivo, de olivo silvestre, de mirto, de palmera y de árboles frondosos, para hacer chozas, como está escrito". (Nehemías 8, 15)

  • Así conquistaron plazas fuertes y un suelo fértil; se adueñaron de casas llenas de toda clase de bienes, de cisternas excavadas, viñas y olivares y de árboles frutales en abundancia. Comieron hasta saciarse y engordaron, y por tu gran bondad, vivieron en medio de delicias. (Nehemías 9, 25)

  • Nos obligamos asimismo a traer a la Casa del Señor, año tras año, los primeros frutos de nuestro suelo, las primicias de todos los árboles frutales (Nehemías 10, 36)


“Quando Jesus vem a nós na santa comunhão, encontra alegria em Sua criatura. Por nossa parte, procuremos Nele a nossa alegria.” São Padre Pio de Pietrelcina