Encontrados 127 resultados para: 2 Samuel 7

  • Así Jesé hizo pasar ante Samuel a siete de sus hijos, pero Samuel dijo a Jesé: "El Señor no ha elegido a ninguno de estos". (I Samuel 16, 10)

  • Entonces Samuel preguntó a Jesé: "¿Están aquí todos los muchachos?". Él respondió: "Queda todavía el más joven, que ahora está apacentando el rebaño". Samuel dijo a Jesé: "Manda a buscarlo, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que llegue aquí". (I Samuel 16, 11)

  • Jesé lo hizo venir: era de tez clara, de hermosos ojos y buena presencia. Entonces el Señor dijo a Samuel: "Levántate y úngelo, porque es este". (I Samuel 16, 12)

  • Samuel tomó el frasco de óleo y lo ungió en presencia de sus hermanos. Y desde aquel día, el espíritu del Señor descendió sobre David. Samuel, por su parte, partió y se fue a Ramá. (I Samuel 16, 13)

  • Una vez que huyó y se puso a salvo, David se presentó a Samuel en Ramá y le contó todo lo que le había hecho Saúl. Luego, él y Samuel fueron a alojarse en Naiot. (I Samuel 19, 18)

  • aquel envió emisarios para que detuvieran a David. Ellos vieron a la comunidad de profetas, con Samuel a la cabeza, en estado de trance profético. Entonces el espíritu del Señor invadió a los emisarios de Saúl, y también ellos entraron en trance. (I Samuel 19, 20)

  • Entonces fue él personalmente a Ramá. Al llegar a la gran cisterna que está en Secú, Saúl preguntó: "¿Dónde están Samuel y David?". "Están en Naiot, cerca de Ramá", le respondieron. (I Samuel 19, 22)

  • También él se despojó de su ropa y estuvo en trance delante de Samuel. Luego cayó rendido, y estuvo desnudo todo aquel día y aquella noche. Por eso se suele decir: "¿También Saúl está entre los profetas?". (I Samuel 19, 24)

  • Mientras tanto, murió Samuel. Todo Israel se reunió y estuvo de duelo por él, y lo sepultaron en su casa, en Ramá. David, por su parte, bajó al desierto de Parán. (I Samuel 25, 1)

  • Samuel había muerto. Todo Israel había estado de duelo por él y lo habían sepultado en Ramá, en su ciudad. Saúl, por su parte, había expulsado del país a los nigromantes y adivinos. (I Samuel 28, 3)

  • La mujer le dijo: "¿Quién quieres que se te aparezca?". "Que se me aparezca Samuel", respondió él. (I Samuel 28, 11)

  • La mujer vio a Samuel y lanzó un fuerte grito. Luego dijo a Saúl: "¿Por qué me has engañado? ¡Tú eres Saúl!". (I Samuel 28, 12)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina