Encontrados 206 resultados para: Alguien

  • Alguien preguntará: ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Con qué clase de cuerpo? (I Corintios 15, 35)

  • ¡Si alguien no ama al Señor, que sea maldito! «El Señor viene». (I Corintios 16, 22)

  • Si alguien me entristeció, no me entristeció a mí solamente sino también, en cierta medida -lo digo sin exagerar- a todos ustedes. (II Corintios 2, 5)

  • Si alguien viniera a predicarles otro Jesucristo, diferente del que nosotros hemos predicado, o si recibieran un Espíritu distinto del que han recibido, u otro Evangelio diverso del que han aceptado, ¡ciertamente lo tolerarían! (II Corintios 11, 4)

  • Hermanos, si alguien es sorprendido en alguna falta, ustedes, los que están animados por el Espíritu, corríjanlo con dulzura. Piensa que también tú puedes ser tentado. (Gálatas 6, 1)

  • Si alguien se imagina ser algo, se engaña, porque en realidad no es nada. (Gálatas 6, 3)

  • Si alguien cree que puede confiar en la carne, yo puedo hacerlo con mayor razón: (Filipenses 3, 4)

  • Sopórtense los unos a los otros, y perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo. (Colosenses 3, 13)

  • Si alguien enseña otra cosa y no se atiene a los preceptos saludables de nuestro Señor Jesucristo, ni a la doctrina que es conforme a la piedad, (I Timoteo 6, 3)

  • Si alguien se mantiene libre de esos errores será como un recipiente noble y santificado, que presta utilidad a su dueño para toda clase de obras buenas. (II Timoteo 2, 21)

  • Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, como no podía jurar por alguien mayor que él, juró por sí mismo, (Hebreos 6, 13)

  • Además, en el caso de los descendientes de Leví, los que perciben el diezmo son hombres mortales, mientras que en el caso de Melquisedec, se trata de alguien de quien se atestigua que vive. (Hebreos 7, 8)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina