Encontrados 2288 resultados para: Ata
Pero Lía respondió: "¿No te basta con haberme quitado a mi marido, que ahora quieres arrebatarme también las mandrágoras de mi hijo?". "Está bien, respondió Raquel, que esta noche duerma contigo, a cambio de las mandrágoras de tu hijo". (Génesis 30, 15)
Al atardecer, cuando Jacob volvía del campo, Lía salió a su encuentro y le dijo: "Tienes que venir conmigo, porque he pagado por ti las mandrágoras que encontró mi hijo". Aquella noche Jacob durmió con ella, (Génesis 30, 16)
Jacob tomó unas ramas verdes de álamo, almendro y plátano, y trazó en ellas unas franjas blancas, dejando al descubierto la parte blanca de las ramas. (Génesis 30, 37)
Yo soy el Dios que se te apareció en Betel, allí donde tú ungiste una piedra conmemorativa y me hiciste un voto. Ahora levántate, sal de este país, y regresa a tu tierra natal’". (Génesis 31, 13)
¿Acaso no nos ha tratado como a extrañas? No sólo nos ha vendido, sino que además se ha gastado el dinero que recibió por nosotras. (Génesis 31, 15)
Inmediatamente Jacob hizo montar en los camellos a sus hijos y a sus mujeres, (Génesis 31, 17)
si tú maltratas a mis hijas o te unes a otras mujeres además de ellas -aunque no haya nadie entre nosotros- recuerda que Dios está como testigo entre tú y yo". (Génesis 31, 50)
Después pronunció esta oración: "Dios de mi padre Abraham y Dios de mi padre Isaac, Señor, que me dijiste: ‘Regresa a tu tierra natal y seré bondadoso contigo’, (Génesis 32, 10)
Inmediatamente vino Lía con sus hijos, y también se postraron. Por último se adelantaron José y Raquel, e hicieron lo mismo. (Génesis 33, 7)
Después compró a los hijos de Jamor, el padre de Siquém, por cien monedas de plata, la parcela de campo donde había instalado su campamento. (Génesis 33, 19)
Al tercer día, cuando todavía estaban convalecientes, Simeón y Leví, dos de los hijos de Jacob, hermanos de Dina, empuñaron cada uno su espada, entraron en la ciudad sin encontrar ninguna resistencia, y mataron a todos los varones. (Génesis 34, 25)
También pasaron al filo de la espada a Jamor y a su hijo Siquém, rescataron a Dina, que estaba en la casa de Siquém, y se fueron. (Génesis 34, 26)